domingo, 31 de enero de 2010

Somos una generación de vencedores

31/01/10
Predicador: Edinson Pinedo

Isaías 59-1-6
Dios está levantando una generación de vencedores, dentro de una sociedad torcida y llena de maldad. Así lo podemos ver en los medios de información, penetrando en el corazón del hombre.
Estamos viendo que la apostasía está sobre la tierra. No se trata de acusar el accionar del hombre, sino de afirmar que hoy el ministerio pastoral no tiene la dirección correcta para cambiar la vida del hombre o la mujer; producto del daño del enemigo que contamina al hombre.
Esto es la apostasía sobre la Iglesia, en donde el mensaje es la prosperidad y no de Jesús. La enseñanza es aprender a someterse a los principios de Dios, porque el Señor lo ha dado al hombre para que cultive una doctrina sana, caminando por fe y para que aprenda a sujetarse por lo que dice el Espíritu Santo, por medio de Su palabra.
Hoy podemos ser el resultado de dos tipos de productos:
Somos el producto de lo que Dios te ha dicho y de lo que le creíste. Es así que, nosotros somos de bendición y creíbles porque el carácter de Dios está en nosotros. La naturaleza de Dios es perdonadora, sin importa el daño o la circunstancia en la que te encuentres. Creer en Dios ayuda a acortar el camino de las pruebas, y te va bien en toda la vida.
O somos el producto de lo que la gente nos dice y le creemos.
Entonces nosotros nacimos para ser vencedores.
Romanos 8:28-39
Es decir nosotros tenemos la gloria de Dios por medio de Jesucristo.
Efesios 2:8
Es la puerta que se abre para que los hijos de Dios disfrutemos Romanos 8:28-39
¿Por qué hay desánimo en nuestro corazón? Sencillamente porque no hacemos lo que Dios nos mando hacer y no estás activo.
Este año hemos declarado una cultura de ofrecimiento en lugar de pedido. Y esto repercutirá en mis generaciones.
Recuerde esto: usted entró por la puerta de la gracia para que disfrute de la bendición de Romanos 8:28; para que disfrute sus años de trabajo, con gozo, paz y ser de bendición para otros.
Somos más que vencedores porque Él es nuestro Pastor.
Vamos a mirar el Salmo 23
Ahora, ¿qué dice el vv1? ¿Entonces por qué estamos afanados? Jehová es tu Pastor y nada te faltará.
¿Quieres salud, economía, sabiduría, ser un buen administrador, una familia constituida en donde se manifieste la Gloria de Dios? Está allí. Es una frase que engloba todo.
El vv2 dice nada te faltará; el confort de Dios está allí. Pero lo tienes memorizar para que aprendas a confiar en Dios.
¿Por qué te preocupas? Dios no es matemático, Él dice cree solamente para que veas Su gloria y disfrutes de Sus bendiciones. El vv2 es una promesa de Dios que dice que siempre tu alma estará saciada ante la aflicción.
El vv3 Dios te va a guiar por sendas de justicia, no estarás en sendas de mentira ni de injusticia. ¿Quién realmente eres? ¿Quieres la bendición? Pero, ¿estás dispuesto a dar tu tiempo? ¿Quién te da la vida?
vv4 Siempre habrá valles de sombra y de muerte. No es para que te quedes allí, sino para que los pases. Son ejemplos de valles el dolor que sientes en el corazón cuando los hijos no nos hacen caso; desilusión, llanto. Los obstáculos no deben ser un problema, sino una oportunidad para aprender.
Dios no permitirá, si eres fiel, que tus palabras caigan en piedras. No es igual vivir por misericordia que cuando tocas el corazón de Dios, y que pueda el Señor decir: “Me gusta tu oración, cuando cantas, cuando te sujetas a Mi palabra.” La bendición es diferente porque viene con gozo y gracia, y no por misericordia.
Desde ahora empieza a trazar planes, y comienza a trabajar en eso para desarrollarte. Dios usa gente determinada. Si eres fiel en lo poco, Dios te pondrá sobre mucho.
Cuando pases el obstáculo, ¿qué dice el Salmo? vv5 Luego de una batalla, sales dolorido pero Dios te da aliento con Su poder, diciéndote que Su poder es más que las tinieblas. Dios te lo recuerda y te da fuerzas; además te premia poniéndote una mesa de provisión que es la bendición de Dios cuando pasas la prueba.
Somos más que vencedores porque Él libra nuestra mente.
Isaías 59:1-8
Dice que Dios todavía nos toma en cuenta dándonos una oportunidad para que te metas en Su obra.
El pecado no sólo nos divide de Dios, sino entre nosotros mismos como pueblo. Cuando metes un vicio en tu cuerpo, no habrá armonía con Dios.
La maldición está en el corazón, alejándote de Dios. Pero Dios quiere que tengas arrepentimiento porque hay iniquidad.
Arrepentimiento significa apartarte del camino de la maldad. Este evangelio te hace vivir en victoria. Pero si te apartas de los caminos del Señor, te llevará a la bancarrota porque te vuelves siete veces peor de lo que antes eras. Estamos invadidos por una sociedad que ha metido en nuestra mente el ocio, la mentira, la vanagloria, la falta de perdón.
Génesis 3:11
Dios te pregunta: ¿Quién te ha enseñado que estás desnudo? ¿Quién te ha enseñado temer a la oscuridad, mentir, estar enojado, vivir pobremente? ¿Quién ha sembrado esto en tu mente? ¿Por qué te escondes ante la voz de Dios, si Él te cuida y te protege?
Lo hizo el enemigo quién ha corrompido la humanidad.
Isaías 59:5
El huevo de áspid se ha metido en nuestras mentes, y es por ello que no podemos pensar con cordura.
La tela de araña no sirve para vestir, sino para enredar la vida.
¿Quién te enseñó a vivir en desgracia? Ahora sabes que si te agreden, primero agreden a Dios.
¿Sabes hermano? Dios no quiere esto, sino quiere que tu mente este sana.
Somos más que vencedores, porque Su mano no se ha acortado para salvarnos.
vv1 Dios quiere escuchar la palabra arrepentimiento dentro de nuestra mente. Dios nos llamó para ser de bendición.
El áspid es la serpiente más venenosa, y el Señor dice que hay huevos de áspid en nuestra mente.
Cuando la Biblia habla de la tela de araña, hace referencia que la sociedad está envuelto en telas que hacen tener miedo de caminar de noche, y además no permite avanzar en la vida.
Para que la Gloria de Dios fluya, el Señor trabaja en nosotros de adentro hacia afuera.
Dios te dio la mente no para alojar huevos de áspid, sino para trazar, dirigir, proyectar y vivir como vencedor.
Tienes que volver a las sendas antiguas, justo allí de donde te libró: al altar de la oración, la lectura de Su palabra, para que seas más que vencedor por la sangre de Jesús.
Tenemos que cultivar la cultura espiritual porque si recibes la palabra de Dios en tu corazón, entonces obrará en tu vida.

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