lunes, 4 de enero de 2010

Estudio Bíblico: La comunicación (I Parte)

04/01/10
Maestro: Edinson Pinedo

Para una buena comunicación es necesario:
Saber escuchar y responder con gracia.
Colosenses 4:6
La conversación del creyente debe ser agradable, atractiva, amable y llena de gracia. La expresión “sazonada con sal” bien pudiera referirse a la conversación apropiada, caracterizada por la pureza y no por la corrupción.
Renunciar al enojo de nuestro corazón.
Las pruebas son para que tú te des cuenta que has crecido. Hablar desde el corazón cosas buenas, practicando todo lo que recibes si eres una persona de oración, que lees Su palabra y buscas Su rostro en adoración.
Lucas 6:45
Con corazón no se refiere al órgano que bombea sangre, sino al centro del ser. El corazón, como centro del ser humano, determina su conducta, y necesita ser cambiado o convertido por el Espíritu Santo. Sin ese cambio interior, nadie puede hacer la voluntad de Dios.
Conocer el poder de la lengua.
Santiago 3:2,4,5,6,10,11
La palabra perfección es madurar, que significa que sabe conducirse, accionar bien. La lengua es como el timón de un barco, pequeño y gobierna todo. La lengua está puesta en el medio del cuerpo, es pequeño y gobierna todo. La lengua es un fuego que inflama la rueda de la creación por medio del chisme, la mentira; y el enemigo ha puesto cosas en tu boca para hablar. Es por eso que nuestras palabras deben ser sazonadas con sal para pronunciar palabras de bendición. No puede estar Dios y el enemigo en tu boca. O está inflamada o gobernada por el Espíritu Santo.

¿Cuáles son los beneficios de la comunicación?
Sanidad espiritual. Debemos ser sanados en nuestro espíritu para poder tener comunicación con Dios. Una persona sin Dios, es una persona que no tiene a Dios en el centro de su vida para que gobierne desde adentro hacia afuera.
1 Pedro 3:3-7
La palabra coheredero significa que somos juntamente con Cristo heredamos la Gracia de Dios. El ungido es quien tiene amalgamado su espíritu con el Espíritu Santo. Nuestra actitud como coherederos debe ser con un corazón incorruptible, un espíritu afable y apacible, que es de gran estima delante de Dios. (El adjetivo “afable” describe la disposición modesta que se manifiesta en la sumisión amable y el interés por los demás. El adjetivo “apacible” se refiere a que no sea inquieta, ni escandalosa. Es decir, Dios afirma que la verdadera belleza tiene que ver con el carácter y no con los adornos exteriores.) La esposa aprendiendo a vivir sujeta y obediente al esposo, y haciendo el bien. El esposo aprendiendo a vivir sabiamente con su esposa, es decir ser atento con su mujer, escuchándola, comprendiéndola, entendiéndola, al vivir con ella en amor y en armonía con la Palabra de Dios. Además tratándola frágilmente y como coherederas de la gracia de la vida, es decir con respecto y suplir para sus necesidades, para que las oraciones no tengan estorbo. (Es probable que con “vaso más frágil” se refiera a la fuerza física de la mujer. El esposo debe apreciar muchísimo a su esposa que procura amarlo y ayudarlo de acuerdo con la voluntad de Dios. El marido debe evitar el trato impropio o injusto de la esposa. Pedro indica que el esposo que deja de vivir con la esposa de manera comprensiva y honrarla como hija de Dios, perjudicará su relación con Dios, al crear una barrera que impida que Dios lo favorezca cuando acuda a Él en oración.)

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