viernes, 15 de enero de 2010

Estudio Bíblico: La comunicación (II Parte)

15/01/10
Maestro: Cesar Viola

La palabra “comunicación” es la unión de dos palabras: común acción.
Dios nos enseña lo importante de la comunicación. Por ello es necesario edificarla.

Saber escuchar (Santiago 1:19)
Dios nos enseña en esta dirección: si somos pronto a escuchar, podremos recién escuchar. Es decir que primero debemos ser pronto para oír y tardo para hablar.
Es necesario ejercer este principio en el orden que lo da Dios.

Responder amablemente (Proverbios 15:1; Colosenses 4:6)
El responder amablemente permite una comunicación fluida. Debemos empezar a cultivar la repuesta blanda para provocar una comunicación fluida. Es necesaria una entrega de nuestra parte para poder cultivar una buena comunicación. Tiene que ser una disciplina para formar el carácter, incorporándola como hábito. En el ejercicio está la bendición.

Hablar de corazón (Lucas 6:45)
El Señor nos muestra dos tipos de corazones: uno bueno y otro malo. ¿Con que alimentas a tu corazón?
Luego el fruto va a fluir por la boca. El que más alimentes, ese será el que va a fluir.
Si no reconocemos nuestra condición, difícilmente el área afectada será tratada o recibiremos, en medio de un problema, el auxilio ante una necesidad puntual.
Si aceptamos que tenemos una necesidad, al reconocer el obstáculo de una buena comunicación, Dios podrá obrar.

Conocer el poder de la lengua (Santiago 3:2; Santiago 3:10)
Si alguno no ofende con palabras, es varón perfecto. El que refrena la lengua, pude gobernar el cuerpo, es decir direccionar el cuerpo y todo nuestro ser.
Cuando estamos en el camino del Señor no puede salir dos cosas opuestas.
Filipenses 4:8
Ejercitar este principio de parte de Dios, nos ahorrará un sin fin de problemas.
Si nos detuviéramos a pensar que lo que vamos a soltar de nuestra boca, si tiene verdad, si es honesto, si es bueno (es decir digno de alabanza), será de bendición porque causará un buen efecto porque es de Dios.
Ejercitando estos principios obtendremos beneficios. Todo es por esfuerzo. ¿Y cuáles son los beneficios?

Sanidad espiritual (1 Pedro 3:7)
Dios compara a la mujer como a un vaso frágil para que sea tratada delicadamente y sabiamente. La sabiduría viene de Dios. Si ejercitamos esta condición será herencia para generaciones futuras.

La unidad en la forma de pensar y actuar (Filipenses 2:1-4)
Tenemos que tener un mismo sentir para actuar en los anhelos, los proyectos en común. De no ser así, siempre una parte fracasará porque no hay unidad.

La restauración (Gálatas 6:1)
La relación del matrimonio debe tender a la restauración si fuimos livianos en los primeros puntos.

Fluir la amistad (cultivar la amistad Proverbios 17:9)
Un amigo es una persona a la que se le tiene confianza y comparte los buenos y los malos momentos. Salvar el matrimonio con este beneficio, alienta a que el matrimonio sea de bendición.

La confianza en el cónyuge (Proverbios 31:11)
Debemos tener confianza en el Señor de no manchar el matrimonio. Dios tiene cuidado de que el matrimonio no sea invadido por el enemigo, por ejemplo el exceso de celos.
Santiago 3:14
Tenemos que aprender a descansar en la presencia del Señor.

Acuerdo y comunión con Dios (Mateo 18:19)
Dios nos alienta en esta dirección, el acuerdo en la presencia del Señor, suelta la bendición.

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