sábado, 26 de noviembre de 2011

Dios quiere hacer algo mayor en tu vida

26/11/11 Tarde
Predicador: Luis Barraza

Tenemos que acordarnos de lo que Dios nos dijo. A pesar de que nos olvidamos, Dios no miente. Y en lugar de caminar en esa dirección, abandonamos el camino. Pero que lindo es cuando nos damos cuenta que Dios está trabajando, porque no se ha olvidado lo que te dijo. Quizas tú te hayas olvidado.
Hay cosas que cuando se confrontan con la Escritura, podemos palpar la veracidad de Su Palabra.
El Espíritu Santo es Quién trabaja en ti para que no te olvides la dirección dada por Dios. Cuando dices “creo”, te comprometes con Dios en creer en Su palabra. Podrán haber momentos difíciles, pero cuando toques suelo, Él te levantará porque no te imaginas lo que Dios hará contigo; te mandará regalos desde el Cielo.
En el combate que hay internamente hoy, quizás te has olvidado de lo que te dijo Dios. Hay bendiciones que no llegan aún porque Dios necesita trabajar en tu vida para que no te envanezcas. Es por ello que Dios trabaja en tu humildad y en el equilibrio para que seas manso y humilde.
En ese desierto no estás solo, estás con Dios.
Salmo 119:49-50
Esta expresión trae a memoria la palabra “esperar” que va hermanada con “paciencia”.
Dios no se olvidó de lo que te dijo, porque lo cumplirá en tu vida todo lo que te ha hablado.
Siempre Dios suelta Palabras en momentos difíciles. No es tu preocupación en cómo Dios lo hará. Tu responsabilidad es seguir marchando. Mira lo que tu le das a Dios en ese tiempo de espera.
Génesis 15:1-4
Tuvo que acontecer algo divino para que obrara en las vidas de Abrham y Sara. En el tiempo de Dios, las cosas son hermosas. Pero en este proceso de esperar en Dios, surge el síndorme de “apresuramiento”. Abraham y Sara no esperaron y anhelaban tener un hijo. Pasaron los días y meses, y no pasaba nada de lo que Dios había dicho a Abraham.
Génesis 16:1-4
Abraham y Sara quisieron ayudar a Dios. Pero Isaac llegó luego de 15 años desde que Dios hablara a Abraham. Y cuando sucedió, se acordaron lo que Dios había dicho a Abraham.
No es fácil esperar cambios y modificaciones. En el tiempo de espera, empieza a funcionar la cabeza de otra manera, enfocado en Dios. Dios dice y Dios cumple.
Dios bendecirá a tu Iglesia. Cree por cosas mayores.
La ansiedad es un problema que puede llegar a avasallar.
Hebreos 6:11-12
Es necesario mostrar empeño en la paciencia hasta la realización final de la plena certeza de lo que esperas hasta el fin. Imita a quienes por su fe y paciencia alcanzaron lo que Dios les había dicho.
Josué 14:6-14
Te invito a que pienses en lo que te dijo Dios, de lo que haría para llevarte a otra esfera. La obra interna que Dios hará en ti será en este año, y solamente Él puede entrar en tu interior.

La obediencia

26/11/11 (Mañana)
Predicador: Luis Barraza

Dios no nos dará una orden, sino antes no la revela a su siervo para que la obedezcas. Obedecer es mejor que los sacrificios, dice la Palabra de Dios. La obediencia va unida a la fidelidad. Ser buenos administradores de lo que Dios nos ha dado, es el anhelo.
1 Pedro 4:1-11
Lo que está hablando Pedro al liderato en este pasaje es de la separación del sistema de vida. Habla de solidaridad, del amor, de cubrirnos para ministrar el don como buenos administradores. Para ello hay que caminar por el camino correcto. Si tienes un don, entonces explótalo al máximo, porque Dios allí se glorificará.
Aquí el Apostol Pedro dice que no desperdiciemos el don, si es que no tienen una muy buena relación con tus hermanos para solucionar dificultades.
Administrar no es mostrar lo que tú tienes, sino hacer lo que Dios te encomendó hacer, a persistir, a no bajar los brazos y seguir por la sana doctrina para que tú seas levantado, y tender la mano al hermano para sanar y restaurar. Y además para que vuelva a renacer el potencial que tiene cada uno adentro.
Se tienen que formar administradores firmes, para que en cada día se relancen para que la fe crezca, y en los hechos se vean los resultados de esa fe.
La Iglesia no es el edificio, sino tú y yo somos los portadores del Espíritu Santo.
Ezequías fue uno de los tantos administradores que tuvo el Antigüo Testamento.
2 Reyes 20:1-6
Ante un mensaje tan fuerte de que ordenara su casa porque iba a morir, la actitud de Ezequías fue la de una persona equilibrada y se atrevió a decírcelo a Dios. Entonces Dios oyó su oracón y vió sus lágrimas, y le bendijo con 15 años más de vida.
Ezequías se animó a decirle a Dios cómo anduvo delante de Él.
2 Reyes 18:1-8 Pág. 506
Así fue Ezequías delante de Dios, tal como lo relata este pasaje de 2 Reyes 18. Fue un buen administrador y cumplió todo lo que Dios le ordenó. La palabra “properar” aparece en este rey de Israél porque ganaba las batallas y obtenía botines compuesto de vestidos, animales, oro y plata. Es necesario que tú marches por el camino siendo buen administrador de esta bendita causa, haciédola crecer.
Te hago la siguiente pregunta a tí: ¿Hasta qué punto te pararías delante de Dios para decirle: “acuérdate de los caminos perfectos por los que anduve delante de Tí”?
La enfermedad de muerte, motivó en Ezequías que preguntara a Dios que tenga memoria de sus caminos delante de Él.
Tienes que saber que cada día tienes que jugártela siempre y no solamente por una fiesta. El obrero, el lider, o el título que quieras ponerle, siempre tiene que poner por obra la Palabra de Dios. El lider debe ser el primero que diezma, ofrenda y siembra. ¡Siempre debe ser el primero!
Los buenos administradores son siempre los primeros. No bajes los brazos, no te rindas.
Todos tenemos peleas económicas, pero nunca dejes de dar a Dios, porque Dios al que llama lo sustenta.
¡Qué osadía la de Ezequías para pararse delante de Dios y decirle que nunca se quejó y siempre obedeció!
Nunca te olvides de que eres un buen administrador y que tienes un perfil bajo, es decir en un sentido de humildad. Porque Dios exalta al humilde y quebranta al orgulloso. Es por ello que Pablo dice que es necesario mengüar nuestro carácter para que crezca el carácter de Cristo en cada uno de nosotros.
Pablo fue un buen admistrador, que escaló hasta cumplir todo lo que el Señor le demandaba. Y cuando llegó a la cima, lo esperaba la eternidad.
Para llegar a lo mucho hay que empezar por lo poco. La humildad manteniendo el servicio a Dios abre caminos en todos lados. Para ello tú estás hecho, para servir a Dios. Tiene mucha importancia ser buenos administradores.
1 Samuel 16:14
La expresión “saber tocar” significa hacer bien las cosas.
La expresión “prudente en sus palabras” significa ser medido, no hablar por hablar. Siempre consulte, no haga por el simple hecho de hacer las cosas.
Ponga en práctica estas expresiones para que aprendas a ser un buen administrador. Es una honra, es un privilegio ser siervo de Dios.
El cuerpo ministerial es un parachoque. Hay que tener mentalidad de capitan de 100. Ese fue el consejo del suegro de Moisés, Jetro porque observaba que se desgastaba.
Un líder está dispuesto a todo, a jugársela hasta el último para disfrutar de la victoria.
Intentar es algo que no se logra. En cambio tú no eres de los que intentan, sino de los que hacen. Y no vas a huir porque no eres de los que retroceden, sino de los que avanzan para preservación del alma.
Existe un dicho que dice que soldado que huye sirve para otra guerra. Sin embargo yo afirmo que soldado que huye, es un cobarde. Porque cuando vaya a otra batalla, también huirá. Y cuando se presente de nuevo en otra batalla, también huirá.
Quizás hoy tú no te das cuenta en el lugar en el que estás. Detrás de ti hay familias que Dios afectará en sus vidas.
Podrás estar cansado, pero otra cosa es tener cara de amargado. Si te encuentras amargado, venga y converse con sus Pastores. Si no se hablan estos temas que causan la amargura, se formará la rebelión.
Tienes que luchar por la obra de Dios. En Dios no hay fallas, porque es el capitán de la obra. Habrirás la boca cuando tengas que abrirla.
No es una deshonra decir: estoy cansado. Dios sabe cómo estás. Pero Dios quiere escuchar tu voz. Así fue lo que hizo el ciego Bartimeo ante Jesús en Marcos 10:46. Jesús le dijo al ciego: “¿Qué quieres que haga?” Era más que obvio que el ciego quería la vista y Batimeo dijo: “quiero ver”. Jesús lo sabía pero quería escuchar su voz.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Toma para tu vida la profecía que Dios te ha dicho

20/11/11
Predicador: José

Apocalipsis 4:8
Habla de los cuatro seres vivientes que cantan día y noche, alabando a Dios Todopoderoso. Dios viene a buscar a hombres y mujeres que Le adoren en espíritu y verdad.
La palabra que compartiré con ustedes es Jueces 4:6
A veces escuchamos palabras proféticas como: Yo te haré un gran varón o mujer de Dios. Pero esta profecía del pasaje de Jueces, que es un mandato, suena como pregunta: “¿No ha entregado Dios tus enemigos?”
Entonces, ¿qué hay que hacer? Hay que creerle a Dios y no poner excusas a Dios. Usted sabe que cada vez que viene a una reunión, Dios le bendice.
Todo depende de creer la profecía. Creer a pesar de que el panorama sea desfavorable. De ti tiene que salir fuego y tu anhelo se cumplirá, porque sabrás que lo que te dijeron es parte de Dios.
Hágase esta confirmación: ¿no está vencido el enemigo? Entonces hay que disfrutar de la vida. Para cada caso o paso en tu vida hay una Palabra de Dios. Dios te ha capacitado, y te ha dado potestad porque escrito está.
Tú tienes que saber que el enemigo está vencido, y tienes que creerle a Dios.
A veces estás en la casa y no crees a Dios. ¿Cómo se ve esto? Por ejemplo: te duele algo y ya es una excusa que vale más que creer en Dios. Otras veces vienen tentaciones de pensar mal del hermano, en lugar de decir y anhelar que Dios le prosperará, porque tu hermano te bendice un montón. Pero cuando tienes la oportunidad, hablas mal de tu prójimo. Tienes que anhelar ver al enemigo derrotado.
Cuando los espías fueron a ver la tierra prometida, solamente dos de ellos, Josué y Caleb creyeron a Dios. Y para el resto de los espías vieron imposible que Dios les fuera a dar la tierra porque habían gigantes.
Mateo 11:28
Muchas veces he dicho que es difícil orar en la madrugada, y mucho más en invierno. Pero tanto en la guerra como en la batalla es neceasrio estar tomado de Dios. Y en ese tiempo de batalla, es cuando e convierte en una necesidad; y es por ello que el Señor Jesús dice que su carga es fácil y ligera.
La enfermedad más grande del cristiano es creerse algo, pero en realidad somos pequeños siervos. Nunca prediques algo de lo que no sabes, sino antes no lo has aprendido. Eso que has aprendido, eso predica, eso comparte con tu hermano en Cristo o con quien no conoce a Jesús. Cuando estes por decir una mentira o algo no debido, automáticamente el Espíritu Santo traerá una Palabra a tu corazón.
Al que cree, todo le es posible. Si crees, ya eres victorioso.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Es necesario que Dios perdone tus traiciones

13/11/11
Predicador: Fernando Olivera

Creemos en un Dios que nos hace avanzar, crecer, afianzar y ser mejores personas y cristianos.
Damos gracias al Señor por las pruebas porque son temporales, y como resultado producen un peso eterno de gloria que nadie te lo podrá arrebatar.
Hay situaciones económicas, por ejemplo, que irrumpen con lo cotidiano y con el tiempo nos acostumbran y lo percibimos como natural. Pero cuando abrimos los ojos espirituales nos damos cuenta que hay un trasfondo espiritual. Ahora atamos y reprendemos la obra del maligno. Si no desautorizamos al enemigo, atacará la santidad o tu familia y tus finanzas para que no tomes todas las bendiciones que Dios ya ha designado para tu vida.
Vamos a leer un versículo del libro de Génesis 24:41
Es esta historia hay un problema entre hermanos: Esaú y Jacob.
Esaú, en tiempos actuales, es una persona práctica que arregla las cosas de manera rápida. Así fue que cuando tuvo hambre, dijo que para que quería la progenitura, si lo que precisaba era alimento.
En cambio, Jacob es una persona que piensa y piensa en la bendición de Dios, en la importancia de la bendición de Dios para poder disfrutarla.
Nosotros tenemos que aprender cómo Dios mira. Sin embargo, también hay personas que quieren la bendición de Dios pero no quieren compromisos con Dios. Es decir éste tipo de personas no quieren pagar el precio para ser prosperados por Dios.
En un momento, el padre de ambos bendice a uno de ellos con una herencia tremenda, y uno de ellos hace trampa para dejar al otro sin nada. Así Jacob arrebató la bendición de Esaú y se llevó todo. Esta era la razón por la cual Esaú aborrecía a su hermano Jacob, porque le quitó todo. Entonces, allí comienza la historia de un gran problema que generará una conducta de parte de ambos.
Abdías 10-14
Han pasado los años en los que Esaú levantó un pueblo y Jacob otro. Entonces se anuncia el juicio a Esaú, por parte de Dios. El que habla en este pasaje de Abdías es Dios y reclama a Esaú acerca de la injuria, el haber mirado en el momento de aflicción de Jacob para reirse y además haber matado.
Hay una actitud desleal de Easú sobre Jacob, al darle la espalda en el momento de aflicción; siendo infiel, es decir obrando en sentido contrario. La deslealtad de las personas se puede observar en los momentos difíciles.
Esaú era un hombre rebelde, desleal con Dios porque así era con las personas.
Dios le dice a Esaú que no debía haber obrado infielmente con Jacob, su propio hermano. Dios todavía reclama lealtad entre hermanos. A los traicioneros les va mal.
Hay que enseñar a los hijos a ser leales con sus propios padres. Y cuando viene la palabra de Dios a los traicioneros, terminarán mal porque Dios mira desde Los Cielos, porque es soberano y tiene control de todas las cosas.
Si nunca te traicionaron, probablemente necesitas uno para que vayas a la cruz y digas: perdónalo Señor. Los traidores nos ayudan a morir para llegar a otro nivel espiritual. La traición te ayuda a no quedarte pegado en la cruz, porque Jesús fue a la muerte pero resucitó para avanzar a un nuevo lugar en Dios.
Si decides perdonar a quién te ha sido desleal, irás a lugar nuevo porque lo que viene es glorioso.
Pedro fue desleal con Jesucristo al negarlo tres veces. Y cuando resucita, le pregunta a Pedro tres veces si le ama con el amor de Dios que todo lo da. Y es allí en ese instante cuando Pedro recibe claridad de lo que había hecho. Al confesar Pedro de que fue desleal, Jesús lo restauró.
Así como Pedro, Absalón y Judas son ejemplos de deslealtad permanente en Dios. El primer acto de deslealtad es con Dios, porque si un día aceptaste a Jesús, te bautizaste, te comprometiste con Dios, ya no puedes volver atrás. Porque no hay premio para los desleales con Dios. Hay premio para los que confían en Dios y son fieles en comprometerse con la Iglesia. Todo lo que haces para el Reino de Los Cielos tiene bendición porque no es en vano. Por tu fidelidad, Dios la paga bien. Es decir de que te guardes de hablar mal de tu hermano, de que te guardes de actual mal. Eres fiel cuando depositas tu confianza en Dios para intentar una vez más.
Hoy le puedes decir al Señor que te perdone por tus permanentes traiciones con Dios para poder arreglar tus cuentas.
Abre tu boca y díle al Señor: “Señor limpia mi vida, mi corazón. Quiero serte fiel. Quiero ser una vida en la que Tú puedas confiar.”

domingo, 6 de noviembre de 2011

Dios quiere que Le conozcas y creas

06/11/11
Predicadora: Iris Juárez

Venimos a la Iglesia no solo a escuchar la Palabra de Dios, sino también para ponerla por obra. A veces las distracciones nos hace que perdamos la atención.
El domingo pasado, el Señor en Su palabra, nos revelaba sobre el Espíritu Santo que nos habla cuando nos apartamos de Dios para que nos arrepintamos y para que regresemos a los caminos del Señor.
En Isaías 58 cuando los profetas anunciaban que el Cristo venía, en ese tiempo el Señor Jesús no existía sobre la tierra. Y muchos murieron creyendo en sus corazones que vendría. Pero cuando Jesús vino a la tierra, se cumplió la palabra del Antiguo Testamento.
Pero cuanto le cuesta esperar al ser humano, porque en aquél tiempo, a pesar que no conocían al Señor, tenían que esperar.
Así sucedió con las diez vírgenes que esperaban al esposo. Y a cinco de ellas les costó esperar. Pero las otras cinco esperaron y esperaron, porque Dios había dicho que el esposo regresaría a buscar a sus amadas.
El tema es que nos cuesta esperar, y aún más las bendiciones que nos perdemos por no saber esperar. Cuando no se espera, se pierde la esperanza. Pero cuando empiezas a ver las cosas que no son hoy como algo que son, hay algo que comienza a suceder en el mundo del espíritu.
El Señor quiere abrirte el corazón y la mente para que tú veas las cosas como Dios las ve, y para que camines conociendo a Dios.
Lucas 24:13-49
Al tercer día de la muerte de Jesús, se les aparece a dos discípulos que caminaban hacia Emaús. Los discípulos les cuenta a Jesús que esperaban que el Cristo redimiera a Israel y no lo hizo. Además de esto que no fue cumplido, ya habían pasado tres días desde su muerte y no había resucitado.
Los discípulos no conocían a Jesús y estaban incrédulos y desilusionados.
Los discípulos conocían bien el Antiguo Testamento, pero eran lerdos para creer.
En este pasaje de Lucas, podemos ver el amor de Dios, porque Jesús caminaba con dos discípulos y les predicaba que Jesús iba a morir y resucitaría al tercer día.
Fue tal el amor de Jesús, que se quedó con ellos y compartió con los discípulos, a pesar de la incredulidad que tenían.
Dios todavía abre los ojos de nuestro entendimiento para que Le conozcamos por medio de Su palabra.
Hay una diferencia entre el creyente y el discípulo, el primero pide y el segundo da. El creyente es el que suma y el discípulo es el que multiplica.
Surge una etapa nueva para los discípulos: predicar el arrepentimiento, el perdón de pecados. Pero los discípulos recién fueron a predicar cuando Jesús subió a buscar al Espíritu Santo para que seamos envestidos de poder desde lo Alto.
No tenemos excusa de no conocer esto, porque es el Espíritu Santo Quién está en nuestros corazones, porque es Quién nos ayudará a esperar, a pesar de que no vea nada, dice: “yo creo”.
Tú sabes en Quién has creído y en Quién estás seguro.
Te pregunto a ti para que me contestes: ¿Cómo conoces a una persona?
Hablando con ella. Entonces, Dios quiere que tú Le conozcas.
Hoy tú mantienes un monólogo con Dios, y así es tu oración. No esperamos a que Dios nos hable. Y además no dejamos a Dios que nos dé una repuesta. Orar es hablar con Dios. Es estar delante del Señor en Su presencia para preguntarle: “¿Cómo quieres que vista? ¿Qué quieres hoy hablarme en este día? Dirige Tú Señor. ¿Cómo le hago?” Es allí cuando hablo con Dios y Él responde.
Dios quiere que tú Le escuches, quiere gobernar sobre tu vida, en otras palabras: qué decir y cuándo callar.
Dios está interesado en que tú Le conozcas. Esto es cuestión de disciplina, orando y declarando la repuesta que ya viene. Así el mundo espiritual se abre y comienzas a tener esperanza y comienzas a ver las cosas como Dios las ve.
2 Corintios 10:4-5
Si obedeces a lo que Dios habla por Su palabra, traerá justicia y autoridad a tu vida.
Dios quiere que aprendas a esperar, porque la repuesta viene. El Espíritu Santo es el que te ayudará.
¿Qué no estás haciendo en estos días? ¿Alguien de tu familia aún no ves aquí en la Iglesia? ¿Tú economía es escasa? ¿Estas enfermo? ¿Tienes un problema con tu cónyuge? ¿En tu trabajo te va mal? ¿O algo que pides, aún no ves la repuesta?
Dios te lleva al arrepentimiento porque te quiere usar, porque hay naciones que esperan a hombres y mujeres que prediquen la Palabra de Dios.
Tu arrepentimiento es para siempre. No puedes andar igual luego de arrepentirte.
Si todavía te cuesta esperar y no ves la salida y no has creído que Dios te ha hablado, entonces humíllate y pídele que te perdone.
De Dios es el tiempo, el cómo y el por qué. Lo único que Dios quiere es que te arrepientas de corazón para que Le conozcas.