domingo, 5 de abril de 2009

Anuncia de buena voluntad el evangelio a toda persona

05/04/09
Predicador: Edinson Pinedo

1 Corintios 9:16-17
Para alcanzar la visión de anunciar el evangelio necesitamos perseverancia y madurez espiritual. ¿Cómo alcanzar la perseverancia y madurez espiritual? Orando y leyendo la palabra de Dios. (Proverbios 2:6-7)
Estas dos cosas son las que debemos desarrollar en nuestra vida. Madurez espiritual significa lleno del Espíritu Santo.
Dios nunca va a utilizar gente irresponsable; porque primeramente lo es con Dios. Cuando tú haces un trato con una persona para reunirte, acuerdas una hora. Porque en primero lugar haces trato con Dios, porque de Dios es todo, y tu mente tiene que estar firme con Dios. Si todos los cristianos tendríamos un trato con Dios, no habría necesidad de marcar tarjeta para entrar a trabajar, porque ya hay un pacto con Dios. Porque no hay un trato con los hombres sino con Dios. ¿Por qué los empresarios cristianos no quieren en su plantel, hermanos de la Iglesia? Porque a veces confundimos amistad con negocio, y no pueden formar un equipo, sino un grupo de personas religiosas. Dios nos llamo para avanzar en el Reino.
Tarde o temprano la Iglesia va a ser poderosa en la tierra, y por lo tanto debemos ser responsables en lo que hacemos. Vamos a ver que Dios nos va a levantar, llevándonos de victoria en victoria.
Así como somos responsables en el trabajo, ¿cuánto más con nuestros discípulos?
Cuando una persona aprende bien el evangelio, los problemas van a dejar la condición de tal, para ser una oportunidad para ejercer fe. Porque después de las pruebas no eres igual. No cualquiera pasa las pruebas; viajar cualquiera lo hace. Pero cuando vienen las pruebas, ahora tú dices: “¿Y ahora Dios que vas hacer?” Porque Dios te sacará de las pruebas para mantenerte en el curso de la visión, para que no se detenga.
Mateo 6:33 Cuando buscamos el Reino de Dios, la visión continuará porque buscamos la justicia de Dios. (Efesios 5:8-11 - Deuteronomio 6:25 - Romanos 14:17 - 1 Timoteo 6:10-12 - 1746)
Lucas 6:46 Busca la justicia de Dios es buscarle a nuestro Señor en oración, en espíritu y verdad. Al asistir a la Iglesia debo tener una actitud expectante, preguntando “¿Qué es lo que tiene Dios para mí en esta semana que comienza?”
Proyéctate a cosas mayores, en cosas que Dios te pueda bendecir, dándote claridad. Dios te dará cuando tengas un deseo de búsqueda y vengas expectante a la Iglesia. No le puedes servir a Dios si comes de Su palabra sólo una vez a la semana. Si comes regularmente, cuando vengas a la Iglesia tu vida ya vendrá preparada y cuando entres, tu alma se quebrará porque necesita de Dios.
Tenemos que medir a dónde nos llevará, en lo personal, la ejecución de la visión; porque lo que Dios nos ha dado funciona y tengo que chequear cómo está mi vida personal en relación a lo que Dios me ha encomendado: de hacer conocer el evangelio. Mientras tú trabajas para Cristo, Dios te estará proyectando en lo que haces, en tus hijos, en tu familia. Tienes que saber que estás trabajando en los negocios del Señor.
Si no creces en la visión de lo que Dios te ha dicho, entonces perecerás porque lo que Dios te ha dado te puede matar. ¿Cómo es que te puede matar? Por ejemplo, usted pide economía a Dios. Si está en íntima relación con Dios, te dará diseños para producir. Pero si no buscas a Dios en oración, y pone en tus manos U$100.000 como consecuencia te alejarás de Dios y no ejecutarás la visión de caminar en el bendito camino del Señor.
Tenemos que saber que vendrán problemas, pero también soluciones.
Tenemos que adquirir el espíritu de responsabilidad. Dios nos llamó para este servicio bendito y también para consolar. No tenemos que posponer las cosas. No te canses de hacer el bien y de buscar a Dios.
No te desesperes, piensa en la tranquilidad. Cuando entregamos a Dios lo que nos estorba en el corazón, Dios no se tarda en bendecirte. Entrega tus circunstancias a Dios. Tenemos que tener calma y quietud. Tenemos que realizar tiempos de oración y ayuno para que Dios haga Su obra. Se ayuna con oración. En el ayuno es el momento en que nuestro espíritu está sensible para cambiar, porque la mano de Dios está en tu vida para mejorar en tu vida, en tu conocimiento, en tu lenguaje, en tu espíritu y en tu vestimenta. Entonces cuando sucede, significa que estamos cambiando. Empiezas a ser productivo y atractivo. Porque Dios quiere que avances en tu vida cristiana. Cada uno tenemos que mejorar en el área ministerial. Tienes que mejorar en tu oratoria. Para ello estudia salmos y proverbios. Llénate del lenguaje de Dios para que se enriquezca tu alma, y así tendrás palabras para compartir y tu conversación será fluida, porque la palabra de Dios fluirá en tu vida. Tendrás dominio de temas. Se comunicativo, ¡rompe ese hermetismo!
Se comunicativo para avanzar al preguntar: “¿Cómo se encuentra tu salud? ¿Tienes un motivo por el cuál quieres que ore? ¿Puedo orar por ti?” Interiorízate de tu prójimo, no por chismoso, sino para orar de manera efectiva y con dirección.
Tienes que mejorar el diálogo, en la comunicación, en la asistencia a oración. Una cosa es orar sólo y otra es la oración corporativa de la congregación. En la oración se gana las batallas y el tiempo para salir de la prueba será más rápido.
La reunión en la que menos se asiste en la Iglesia es la oración, pero en la que más se asiste se llama asado.
No nos tenemos que cansar de chequear de manera permanente la vida de tus discípulos, pregunta: “¿Cómo está tu conexión con Dios? ¿Cómo está tu economía? (la del discípulo) ¿Ofrendas? ¿Estás diezmando?
Con tus ofrendas y diezmos adora y glorifica a Dios. Perdona a quién te ofendió. Cuando te abres a la gracia de Dios, Su misericordia te alcanzará.
Deuteronomio 28:7 
Tus enemigos huirán porque la Gloria de Dios está sobre Sus hijos.


Vocabulario

Madurez: (De maduro) 1. f. Sazón de los frutos. 2. f. Buen juicio o prudencia, sensatez. 3. f. Edad de la persona que ha alcanzado su plenitud vital y aún no ha llegado a la vejez.
Perecer: (Del lat. *perescĕre, de perīre) 1. intr. Acabar, fenecer o dejar de ser. 2. intr. Padecer un gran daño, trabajo, fatiga o molestia de una pasión. 3. intr. Padecer una ruina espiritual, especialmente la extrema de la eterna Condenación. 4. intr. Tener suma pobreza, carecer de lo necesario para la manutención de la vida.
Perseverar: (Del lat. Perseverāre) 1. intr. Mantenerse constante en la prosecución de lo comenzado, en una actitud o en una opinión. 2. intr. Durar permanentemente o por largo tiempo.

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