domingo, 26 de abril de 2009

Preparándonos para la conquista

26/04/09
Predicador: Oscar Castro

Josué 1:1-9
Cuando Dios habla de victoria, es Él quien nos lleva de victoria en victoria.
Después de la muerte de Moisés, Dios llama a Josué para que pase el Jordán. Es lindo tener el respaldo de los Cielos. Josué tenía que pasar en victoria para avanzar, por ello Dios le dice a Josué: “¡Levántate!” La Gloria es del Señor, así como la unción y la palabra. Nosotros sólo somos siervos del Señor. No pretendamos enseñarle a Dios lo que Él hace. Dios no le habla a Josué de guerra y conquista, sino de preparativos para la conquista. Aunque en nuestro interior decimos que estamos cambiados, todavía hay áreas que molestan y que nos tienen atados espiritualmente.
¿Cuáles son las condiciones para prepararnos para la conquista?
La primera condición es ser esforzado y valiente (vv7). Esto te traerá prosperidad al cuerpo. La palabra dice: “Esfuérzate y se valiente para cuidar de hacer conforme a la palabra de Dios, que es la ley. No te apartes de ella ni a tu diestra ni a tu siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.”
La segunda condición es obrar conforme a la voluntad de Dios (vv7-8). Esto te traerá bendición y prosperidad material. “Nunca apartes de tu boca el libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”
La tercera condición es tener compromiso con Dios (vv9). Esto te traerá prosperidad al alma, interiorizándote de la palabra de Dios. Dios te manda a que te esfuerces y seas valiente; “no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”
Hay una diferencia entre convencido y convertido. Cuando estas convencido no estás comprometido con Dios. Pero cuando estás convertido, haces cualquier cosa por el Señor Jesucristo porque es un mandato.
Marcos 16:14-18 
Es un mandato predicar y tenemos un poder, dado por mandato, al usar el nombre de nuestro Señor Jesús. Cuando Dios te da un mandato vas tranquilo porque no vas en tu persona, sino “de parte de.” Por ello Jesús dice: “En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”
Este mensaje que da Jesús es para los creyentes. Dios nos lanza un desafío: creerle.
Cuando hagas algo y sientas que es de Dios, hazlo porque eso se llama obediencia.
Pablo dice en Romanos 1:16 “Yo no me avergüenzo de Dios porque Su palabra es poder.”
Tenemos que aprender cuáles son los preparativos para la conquista, no para la guerra. Porque la guerra es de Dios. Esta guerra es de Dios, no es tuya. Dios quiere que te goces, que cantes alabanzas, que le adores. Dios ve la disposición de los corazones. Los ángeles del Señor están protegiéndote. Sólo tienes que obedecer. Dios bendice al dador alegre, no llores si tienes que diezmar. Porque en lugar de consagrarte para el Señor, pides perdón porque no oraste, porque no fuiste a Su palabra.
Cuando sacrificas la alabanza y el bolsillo, expones todo tu ser, es decir tu cuerpo, alma y espíritu. Dios no nos puede bendecir si no eres digno. Dios no te falla, quizás tú le falles pero Él no. La palabra “no” no existe para Dios.

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