miércoles, 14 de marzo de 2012

Vasos quebrantados

14/03/12
Predicador: Daniel Enrique

Dios desea que, como Su pueblo amado, cumplamos en la tierra con lo encomendado. A veces en la vida solo algunas personas son útiles para realizar una tarea, como Ananías que oró por Saulo. Nunca desaprovechemos cuando tengamos una oportunidad para servirle, porque será quizás la única oportunidad. Y dependerá cómo tú la cumplas para tener un futuro de gloria. Pero para que ello suceda, deberás tener un presente correcto para que afecte en tu futuro de gloria. Siempre podrás cambiar el presente para afectar tu futuro. Bendice a tus hijos desde el vientre de la madre, y aún cuando tengan hasta una edad de seis años, porque serán en el futuro glorioso lo que tu sembraste al hablar bien.
Si tienes al Señor Jesús en tu corazón tiene que reflejarse en tu vida la genética del Señor.
Nunca creas que de acuerdo a tu estado de ánimo, es cuanto más obrará el Señor en tu vida. No midas al Señor para que obre de acuerdo al estado de ánimo en que te encuentres.
Tú como vaso de honra que eres, porque habita la presencia de Dios en tu corazón, debes tener agua para todos los que pasan, porque tú tienes un brillo especial.
Hoy quiero hablarte de vasos quebrados. Los vasos quebrados eran los vasos que se les desgastaban la boca o las manijas por tanto uso.
Estos vasos se los conoce en la Biblia como vasos de honra y misericordia, pero con el uso perdieron la capacidad para contener agua, y se los dejaba en un lugar apartado.
En la antigüedad, toda familia judía tenía que diezmar, y justamente el diezmo se colocaba en estos vasos quebrados, porque el alfolí era el depósito donde se colocaban los diezmos. El diezmo provenía del trabajo del campo, del fruto del campo. Es por ello que Dios dice que traigamos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa. Porque el diezmo servía para alimentar a los ministros e hijos del pueblo.
En cambio la ofrenda es para el rey y las dádivas para los pobres en economía y sustento.
El ministro de Dios cargaba esos diezmos y los vasos desgastados para que estos últimos sean restauradas por el alfarero.
El trabajo del alfarero tenía cuatro etapas:
1° etapa: Tenía que limpiar los vasos de toda impureza porque sentían la presencia de Dios y eran útiles en Sus manos.
Cuando una persona deja de ser eficaz en su ministerio, necesita pasar por la casa del alfarero porque tiene desgaste espiritual. Por lo tanto el vaso no tiene estabilidad ni equilibrio. Este tipo de persona ante la primera de cambio ante una situación imprevista, pierde la estabilidad trayendo problemas a la familia.
Entonces, ¿cómo notamos que se ha desgastado? No se involucra en la Iglesia y hay que rogarle para que trabaje.
El desgaste espiritual es peligroso, porque no se nota hasta que se hace evidente.
Dios dice que Sus hijos somos lámparas, pero por amor no dejará que se apague el pábilo. Si alumbras, entonces estás bien. Si estás tirando humo, el Señor no te dejará que te apagues para que alumbres.
Para que haya una verdadera restauración tendrás que decir la verdad de lo que te sucede al Pastor o a tu líder. Siempre pide ayuda cuando el desánimo te golpea, porque estás más con la obra que con el Dueño de la obra
Para ser restaurado necesitas decir la verdad porque el desánimo se nota.
Estos vasos desgastados necesitan ser vaciados y limpiados de toda impureza.
2° etapa: Es el cepillado para sacar toda impureza y se pasaba una lija hasta que quedase bien suave.
Proverbios 27:17
Cuando te está tratando, no te enojes porque es para tu bien. Porque ¿a qué hijo le gusta ser corregido?
El cepillado del vaso es duro porque el Señor desea quitar las asperezas para que el vaso sea útil de nuevo.
3° etapa: El alfarero comenzaba a trabajar con barro para pegarlo en el vaso. Pero el barro se caía del vaso. Entonces el alfarero tenía que ir al campo para buscar zanguijuelas. Una vez que las encontraba, las recogía y las rompía para mezclar la sangre con el barro. Y allí el barro se pegaba al vaso porque la sangre se cuagulaba. La sangre de Jesús siempre está disponible para que tú seas restaurado. Si quieres cambio, tendrás que actuar para que seas restaurado por él.
4° etapa: Era el horno.
Isaías 43:2
Esto quiere decir que por algún momento tendrás que pasar por el fuego y las llamas no te abrazarán.
Daniel 3:17
Cuando la gente pasa adversidades y ve fuego, se ausentan de la Iglesia. Y cuando creen que el fuego paso, regresan a la Iglesia.
Cuando venga la adversidad a tu vida, el enemigo vendrá a ofrecerte todo, que te dará todo. Pero ¿qué te va a dar? Si todo es de Dios y tú eres co-heredero juntamente con Cristo. Cuando camines por las llamas, el fuego no te tocará. El fuego es para tu bien. La Palabra de Dios no dice que huyas cuando estes en el fuego, sino para que te pasees por el fuego, porque Dios te ha dicho que siempre estará contigo todos los días de tu vida. Tienes que aprender a discernir en el fuego, para que cuando el falso te ataque no te desanimes, sino para que tú escuches lo Verdadero y para que tengas caracter. Porque el Señor no te va a dejar y estará todos los días contigo.
El hornono es para matar sino para conocer a Dios y contemplarlo cara a Cara. Todo es posible en este Reino del Señor.
Hay diferentes tipos de vasos y uno de ellos están los vasos víles.
2 Timoteo 2:20 
Todos estos utensillos están en la Casa del Señor y son para usos nobles y otros para usos víles.
Qué triste será para aquella persona que se identifica como vaso víl. Parece una Palabra duro, sin embargo es verdad.
Los vasos víles están o se los usaba en la cocina como cesto de basura porque no podían contener agua. Porque a pesar de haber pasado por las cuatro etapas, se volvían a romper justo donde habías sidos reparados, en la boca.
Los vasos víles son las personas que tiene altibajos en sus vidas cristianas, porque no se puede mezclar el agua con el aceite; no hay comunión entre la Luz y las tinieblas; no puede brotar de un mismo lugar agua dulce y salada. Y además porque no fallaste tú sino que nunca te dispusiste a cambiar, porque el que no nace de nuevo no puede entrar al Reino de Los Cielos. El vaso víl podrá entrar a la Iglesia pero no al Reino de Dios. Por eso Nicodemo fue confrontado por Jesús, porque no quería darse cuenta. El que sabe dominar su lengua, podrá domar cualquier cosa.
Los vasos víles siempre se rompían en la boca y terminaban como cestos de basura. Los vasos víles daban trabajo limpiarlos, porque renegaban del olor.
Los cananeos tenían un dios llamado belsebú, que significa príncipe de demonios o padre de las moscas. Si los vasos viles no eran limpiados traían moscas.
Le pregunto a usted: ¿Qué traen las moscas?
Chisme, murmuración, mala palabras, hipocrecía, celos, envídias, enojo, ira, altivez, orgullo, soberbia, vanidad, contienda, idolatría, vicios.
Donde hay moscas, siempre habrá pobreza espiritual, porque está bajo la influencia de un espíritu demoníaco.
¿Por qué mucas personas no sanan sus heridas? Porque no se limpian para ser útiles en la casa del Señor.
Pero el Señor tiene frenos para ti que eres un burro, porque sino nadie se te acercará, dice en Su palabra. Las heridas traen moscas porque su problema está en la boca.
Mi casa y mi familia serviremos al Señor, porque no somos vasos víles, ni tacho de basura.
Si quieres ser libre tienes que arrepentirte.
Otro tipo de vaso es la ira. El vaso de ira es un vaso que es llevado a la casa del alfarero para ser restaurado y renovado. Es trabajado con mucho amor, pasando las cuatro etapas. Pero se rompía en la boca porque no permitió el cambio en su vida y porque nunca entendió que al entrar en el Templo hay personas mayores que están para edificar la Iglesia, y empieza a decir: ¿Quién es el Pastor para darme órdenes? ¿Y ahora qué quiere este hombrecito?
Todos tenemos un superior al cual nos sujetamos, y tienes que aprender a honrar al superior.
En Jerusalén había una colina donde el alfarero tiraba los vasos de ira para que rodaran y se hicieran pedazos. Estos pedazos de vasos eran levantados por los leprosos para rascarse y limpiarse las llagas.
Mateo 27:3-8
¿Quiénes son los vasos viles? Judas fue un vaso víl. Judas fue el tesorero de Jesús. Judas robaba de las ofrendas, estando personalmente con Jesús y mirándolo cara a cara al Señor. Judas robaba. Judas hechaba fuera demonios, predicaba el Reino de Los Cielos, sanaba a enfermos, pero nunca cambió. Judas era un vaso de ira porque nunca nació de nuevo; porque siempre pudo más el viejo hombre o la vieja mujer.
Los vasos de ira se los tiraba desde arriba del cerro. Esto le pasó a Judas.
Hechos 1:16-19
Judas quiso quitarse la vida ahorcándose, pero por alguna razón la rama se quebró y cayó y sus víceras saltaron por todos lados como esos vasos.
¿Cómo será tu final, aún caminando con Jesús?
¿Por qué tenemos mucha gente descontenta en los caminos del Señor?
El descontento se manifiesta con hermanos que salen de una congregación hacia otra. Sin embargo sus vidas iguales y no hay crecimiento. El tema es rendir el corazón.
Hay muchas congregaciones para entretener que enfrían el corazón de las personas.
¿Por qué no mueres a las cosas que sí te hacen daño y que además sabes que corre peligro tu vida espiritual?
Para morir es necesario que cargues la cruz, identificándote con el Señor Jesús todos los días. Tu cónyuge, tus hijos no es cargar la cruz. Eso es una mentira de la religión.
No quiero que termines despedazado, sino lo que quiero es ayudarte un poquito. No me hace falta emocionarte, sino que tú puedas escuchar una Palabra de parte de Dios.
Lo tuyo, lo que tú tienes, lo que se puede ver en tu exterior no es lo valioso de tu vida. Lo precioso de tu vida es tu eternidad, tu espíritu.
Si Jesús fue a la cruz, entonces ¿por qué vives a media? ¿Por qué no mueres al yo que te aleja del Señor?

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