domingo, 22 de mayo de 2011

El oír la Voz de Dios te lleva camino a la victoria

22/05/11
Predicador: Luis Barraza

Quiero que sepas que tú y yo somos el templo del Señor.
En medio de la diversidad de voces, hay que tener afinado el oído para oír la Voz de Dios, para así poner por obra Su dirección.
Vamos a ver la historia de dos hombres, uno que escuchó la Voz de Dios y otro que hizo su propia voluntad pero no la de Dios.
2 Crónicas 35:20-24
Josías reinó por 35 años haciendo lo recto delante de Dios. Y esa rectitud trajo reorganización a Israel. Pero en un momento se metió en donde no debía, y Dios utilizó a Necao, rey de Egipto para hablar a Josías. Pero Josías no atendió a la voz de Necao, cuyas palabras venían de la propia voz de Dios.
Tienes que saber que Dios te utilizará a ti para hablar a otras personas.
Fue así que Josías se metió en una batalla en la que no debía estar. Y como consecuencia de ello vino el dolor y la angustia al pueblo de Israel, a causa de su muerte.
Dios estaba con Josías y mandó a un vocero para decirle que no se metiera en ese territorio. Josías no se dió cuenta que Dios estaba hablando por medio de Necao.
Si oyes la Voz de Dios triunfarás y tus enemigos caerán.
Para que no tengas actos fallidos, tienes que escuchar la Voz de Dios. Pero tenemos que tener esa experiencia personal, porque Dios nos ama, porque quiere transformarnos y porque por medio de Él tendremos discernimiento.
Escuchar la Voz de Dios te hará un vencedor. ¡Qué lindo es querer escuchar la Voz de Dios para tener la dirección correcta, para recibir un consejo oportuno!
En las Escrituras, en el segundo libro de Samuel, también podemos leer que David oyó la Voz de Dios.
2 Samuel 5:17-25
David habla con Dios, y es esto lo que tiene que hacer la Iglesia, en lugar de moverse por medio de tendencias.
David no aplicó la misma estrategia en la primer victoria contra los filisteos. Sino que en el mismo día, tras vencer en la primer batalla, acude a Dios para recibir dirección, para saber cuál sería la estrategia a seguir porque el remanente de filisteos que huyeron fueron a buscar más para luchar contra David. ¿Què hubiera hecho usted? Habría aplicado la misma estrategia que le dió éxito, pero David no hizo esto, más bien fue a la presencia de Dios para recibir la dirección correcta. Y al escuchar la Voz de Dios, hubo cambio de planes.
David tenía que tener los oídos bien afinados para poder dar la orden al ejército de atacar al enemigo. Solamente él sabía lo que le había dicho Dios. No le interesó cuántos eran los filisteos, ni qué armas tenían. Solo le interesaba saber en que momento escucharía los pasos de las tropas del ejercito de Dios sobre la copa de los árboles. David dependía de ese ruido.
¡El escuchar la Voz de Dios no es para selectos, sino que es para ti!
Díle a Dios: “Guíame, háblame Señor en este día.”
Samuel siendo niño, cuando escuchaba pronunciar su nombre iba corriendo hacia el sacerdote Elí. Fue dos veces más hacia Elí hasta que el sacerdote se da cuenta que era Dios el que llamaba a Samuel. Entonces Elí le dice a Samuel que cuando escuche nuevamente la voz, que responda: heme aquí, habla Señor que tu siervo escucha.
La Voz de Dios transforma tu vida, y cuando te hable, hacé lo que te ordena que hagas, porque las puertas se abrirán y tus enemigos serán derrotados.
Muchas veces tenes que pasar las pruebas solo para que aprendas que Dios cumple Su palabra cuando te dice: “No te he dejado, no te he abandonado, te estoy llevando en Mis brazos”.
El Dios que está a tu lado hace milagros por Su poder, por más enemigos que se levanten.
Muchas veces Dios te habla, y sin embargo peleas con tu humanidad porque tu carne no quiere hacer la voluntad de Dios.
Dios te va a llevar hacer locuras, te llevará a lugares a donde nadie se mete, te sacará del ritmo de vida que llevas, te sacará de tus estructuras que te limitan, porque Dios rompe moldes. Muchas veces tú te pones rebelde.
Dios tiene sus estrategias; sus cambios son sobre la marcha y las cosas gloriosas comienzan a suceder.
Tú y yo somos privilegiados en vivir en este tiempo, porque muchas profecías de la Biblia están siendo cumplidas hoy; y es razón suficiente para que la Iglesia tenga los oidos afinados para escuchar la Voz de Dios.
Díle al Señor: “¡Señor quiero escuchar Tu voz porque es el anhelo de mi corazón! Señor yo quiero esa experiencia y quiero vivirlo más seguido. Tengo deseos de triunfar, de ser un vencedor.”
No permitas que nadie te arrebate con doctrinas humanas. Un buen hacedor nace de un buen oidor.
Deja tus estrategias. Haz un paso al costado del camino y escuchá la Voz de Dios.
Tal vez tú te ves con inperfecciones, pero es hermoso escuchar Su voz divina que te dice: “te amo” cuando tú esperas con paciencia para que Dios incline Su oído.
Díle al Señor: “quiero comenzar una etapa nueva.”
Necesitas ser visitado por Dios, porque Él si sabe como está tu interior.
En medio de la prueba a veces bajas los brazos cuando falta esperanza y no ves nada. Pero lo que quiere Dios es que tú aprendas a mirar como Él mira con los ojos de fe.

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