domingo, 10 de abril de 2011

Dios va delante de los humildes de espíritu

10/04/11
Predicadora: Iris Juárez

Dios ha dado dones y talentos para Su Iglesia en este tiempo. Estamos viviendo lo profetizado por Joel en donde los jóvenes profetizarán y los adultos tendrán sueños específicos.
Isaías 45:1-3
En este versículo escribe tu nombre, donde dice: “Así dice Jehová a su ungido, a Fernando, al cual tome por tu mano derecha.....”
Cuando Dios abre y cierra puertas, nadie las podrá cerrar y abrir.
La visita de Jerry Haas es una puerta que se abre, y Dios mismo será Él que vaya adelante enderezando los caminos para unir El Cielo y la tierra.
Dios quebrantará las puertas de bronce y los cerrojos de hierro; y estas puertas están en nuestros corazones.
Si queremos que Dios vaya delante de nosotros, tendremos que dejar a Dios que ordene la vida de cada uno de nosotros; y como consecuencia de ello Dios nos dará a cada uno de nosotros Sus tesoros.
Cuando veas los matrimonios separados, Dios te utilizará para unir, porque el Señor te revelará los secretos y te los entregará a ti.
Isaías 57:15
Esta palabra es para ti porque Dios quiere que tú cambies primero.
El Dios que tú tienes es Santo y habita con el humilde de espíritu para hacer vivir a los humildes y unificar el corazón de los quebrantados. ¿Sabes por qué?
Porque el espíritu de los humildes están muertos y Dios quiere que vuelvan a tener vida. Dios quiere hacer vivir tu vida, porque quiere que seas humilde y santo.
2 Timoteo 3:1-9
Acá dice el Señor que hoy estamos viniendo tiempos peligrosos porque hay hombres y mujeres amadores de sí mismos, ávaros, vanagloriosos, soberbios, desobedientes a los padres, impíos, sin afecto natural, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados y amadores de los deleites màs que de Dios.
Todos estos tipos de personas que describe 2 Timoteo están aquí en la Iglesia.
Pero Dios vino a enderezar lo torcido. Si tú analizas esta porción de las Escrituras, sabrás que tienes algo de toda esta lista.
Es así que esta clase de personas van adelante y Dios detrás. Pero Dios por medio de Su Palabra lo quiere enderezar.
El amador de sí mismo. Es la persona en cuya boca siempre está el yo. Y cuando un cristiano pone el yo significa que Dios va atrás. Esta persona es la que cree, decide y haces según sus impulsos. Esa es la persona amadora de sí misma. Es la persona autodependiente y que tiene autoconfianza al decir: “yo lo voy hacer”. El autoestima del amador de sí mismo es bajo porque no tiene rumbo y entra en estado depresivo porque no se acepta así mismo. Es el que tiene enfermedades psicosomáticas, es una persona resentida, ansiosa, critica a los demás, vive del pasado pero no vive el hoy.
La persona que tiene el autoestima alto es el que solo lo puede hacer todo. Cuando eres amador de sí mismo, lo que haces es ponerte a la misma altura de Dios.
El que tiene la autoestima baja tiene miedo.
El ávaro. Es la persona que mezquina y que tiene el cocodrilo en el bolsillo. Es una persona que vive limitada para ahorrar y tener más; es la que ama más las posesiones que su familia. La persona que vive con el ávaro, vive una vida aburrida y monótona. El ávaro es una persona mezquina porque dice: “es para mi, para mi y para mi”. ¿Y dónde está Dios ante el ávaro? Atrás.
El vanaglorioso. Es la persona que se jacta de las cosas que hace. No se da cuenta que lo lindo se lo tiene que decir a Dios.
El soberbio. Es la persona que busca constantemente ser reconocido, manifiesta que siempre quiere ser vanidoso. Siente que nunca se equivoca. Es el perfeccionista que se siente perseguido y produce complot con aquellos que no aceptan sus ideas. Detrás de este tipo de personas se encuentra el miedo a ser rechazadas. El soberbio es el altanero, el que aparece por encima de los demás.
El blasfemo. Es una persona que dice injurias a otros, con la Iglesia y contra las Escrituras.
El desobediente a los padres. Dios tiene que enderezar lo torcido para que seas obediente a los padres. (Efesios 6:1) Tienes que honrar a tus padres, y no solamente a uno, te guste o no te guste. Honrar es amar y respetar a los padres. A causa de la desobediencia hay asesinatos entre hijos y padres, hijos que consumen drogas, hijos que se van de la casa. Pero ¿qué es obedecer? Obedecer es oír y poner por obra lo que me dicen mis padres, porque eso agrada a Dios.
El ingrato. Es la persona que no reconoce un beneficio, como por ejemplo la madre que ayudó, que se desveló. El ingrato es la que dice: “no me ayudó, me dejó, me abandonó”. Y sucedió así porque Dios estuvo atrás. El ingrato se olvida lo que hicieron los padres por él o ella. Dios ha elegido tus padres y quiere que los honres.
Díle al Señor: “Padre en el nombre de Jesús te pido que me ayudes a cambiar. Reconozco que en mi hay cosas torcidas y que tú dices palabras que no he hecho caso. Pero ayúdame a caminar y por ello te pido que el Espíritu Santo obre en mi vida para caminar en la verdad. Gracias por la libertad de tu Espíritu.
El impío es el incrédulo que no tiene fe en Dios. Su fe está puesta en la idolatría, es decir todo aquello que ocupa el lugar de Dios.
El sin afecto natural. Son las personas que se matan entre familiares, hermanos, padres e hijos, y no solamente sucede afuera sino también en la Iglesia. Dios no quiere esto. El sin afecto natural es el implacable, es el que tiene el corazón duro, sin piedad, sin remordimientos; es el que no perdona, es el que dice: “me la hizo y la va a pagar”.
El calumniador es el que acusa falsamente con la intención de hacer daño. Es el murmurador, es el mentiroso, difamador, impostor. Es la persona que no habla de frente sino que lo hace despacio y cuando la otra persona está ausente. Es el quejoso. Pero cuando tú te quejas, seguidamente viene la murmuración. Recuerda que la palabra calumniador viene del griego “diabolo” que significa murmurador. Esto es una trampa que pone el enemigo para murmurar y buscar a otro para murmurar y limpiarte. Cuando quieras hablar de la otra persona recuerda la palabra “diabolo”, porque allí está el enemigo. Usa tu boca para bendición o ¿quieres tener el carácter del enemigo?
El intemperante es al que le falta tolerancia y se increspa, no es paciente para esperar. Es el que dice: “¿Cuándo llega? ¡Cuándo me pagan!”
El cruel es la persona que se deleita en hacer sufrir o se complace en los padecimientos ajenos.
El aborrecedor de lo bueno es el que saca a Dios de su vida y hace lo que le da las ganas.
El traidor es la persona que es deleal, infiel, tiene un sentir ingrato.
El impetuoso es la persona que se pone furiosa, violenta, efusiva.
El infatuado es la persona engreida, falto de razón o de entendimiento, lleno de presunción o vanidad infundada y ridícula. Es la persona que presume, fanfarronea.
El amador de los deleites màs que de Dios es la persona que busca recrearse, complacerse, seducirse y se encanta a sí mismo. Disfruta y luego paga un precio.
Apocalípsis 2:4
Has perdido tu primer amor porque has cambiado a Dios por el “yoismo”.
Si permites que Dios ponga derechos tus caminos, Él irá delante de ti. Díle: “Señor yo lo quiere”.
Todas estas personas no son humildes porque primero se han puesto primero antes que el Señor.

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