domingo, 27 de junio de 2010

El poder de la cruz

27/06/10
Predicador: Edinson Pinedo

1 Corintios 1:18-21
En este pasaje podemos ver el poder de la cruz, el sacrificio que hizo Jesús para que hoy seamos libres, salvos y prósperos. Tenemos que comprender el amor de Dios que entregó a Su hijo como ofrenda.
Juan 3:16
Tenemos que entender el amor de Dios para que tú creas, para que no seas condenado sino salvo.
Veamos los beneficios que tiene la obra de Cristo para nuestras vidas:
Cuando usted vino a los pies de Cristo, Dios sanó tu vida. Como somos propiedad de Dios, el Señor te sana.
Isaías 53:4
Jesús llevó nuestras enfermedades por medio de la herida del costado de su cuerpo.
Para que haya sanidad en otra persona, tiene que haber otra que sufra dolores. Así sucede en los trasplantes. Pero la obra de Jesús va más allá. Por ejemplo, si te va atropellar un tren, Jesús se pone delante de ti y prefiere morir por ti para que tú puedas escapar.
1 Pedro 2:24
Somos sanados por las heridas de Jesús.
Salmo 22:17
Está hablando de Jesús. La herida de Jesús nos sana. Jesús tomó tu lugar para que Dios obre en nosotros.
La corona de espinas rompió la maldición de la tierra.
El varón es la cabeza de la casa. Jesús es la cabeza de la Iglesia. En la cabeza está la administración para que todo este bien, para que se sujete.
Pero hoy no es así, el hombre teme a la cucaracha y la mujer al ratón. Dios sana la tierra por medio de Jesús.
Génesis 3:16-18
Aquí vemos que la herida en la cabeza de Cristo sanó la tierra, es decir todo administración. Sana la autoridad, lo que ha querido Dios desde un principio. La bendición de Dios alcanza a los hijos que Le aman. Cristo devolvió la autoridad perdida por el hombre.
Las heridas de sus manos y pies sanaron nuestras iniquidades y malas obras.
Cristo pagó el precio para restituir lo que el pecado generó.
Isaías 53:5
Nuestro caminar diario estaba dañado pero Cristo limpió nuestros malos caminos generados por la iniquidad. La iniquidad es la raíz del pecado, y el pecado es el fruto de la iniquidad.
También la lanza que atravesó el costado del cuerpo de Jesús, tocó su corazón.
Esto trajo sanidad emocional a tu vida: sentimiento de abandono, odio, corazón dolido.
Isaías 61:1
Dios ha venido para vendar nuestros corazones abatidos. Cristo lo hizo una vez y para siempre. Hay gente que vive encarcelada en su mente y corazón. Hay gente que se siente perseguida, observada y que no se siente amada; y no confían en nadie.
Dios ha venido para que seamos libres de estas cárceles y publicar la vieja manera en que vivíamos. Deja que el Espíritu Santo comience a sanar nuestros corazones abatidos y dañados.
Juan 19:34
El corazón dolido de Jesús sana tu corazón.
Colosenses 1:13-14
Jesús nos libró de la potestad de las tinieblas.
El pecado y la desobediencia a Dios hace que las fuerzas del mal traiga depresión, enfermedades y pesadillas.
Es normal poner los problemas en las manos de Jesús. Pero el problema es que no confiamos en Dios de que nos puede ayudar en momentos críticos, por la sencilla razón de que no le creemos.
Hechos 10:38
Dios te sana de toda opresión porque Cristo está contigo.
Marcos 16:17 
Tenemos que aprender a echar demonios que están en nosotros, para recién poder echar demonios en otros. Y esto sucederá porque tienes una vida sana porque Dios te sanó con Su palabra. Dios te usará con Su poder para la sanidad y te liberará de toda maldición.
Gálatas 3:13-14 
Tenemos el Espíritu Santo en nuestras vidas y obtenemos la bendición de Abraham, la de ser padre de muchedumbres. El pecado ha hecho que no seamos libres al adorar imágenes.
Éxodo 20:3-5 
La maldición de adorar primero imágenes e ídolos antes que Dios, alcanzará a nuestras generaciones. Todo lo que ocupa el primer lugar es un ídolo. Eso trae maldición: hechicería, adorar imágenes. Para que esta maldición no siga vigente hay que renunciar para que Cristo traiga sanidad y vida en abundancia.
Deuteronomio 18:9-14 
Agoreros, hechiceros, el horóscopo son maldiciones que entran a nuestra casa. Dios quiere que sólo a Él le adoremos, y que sólo nuestros ojos, corazón y amor tengan que estar en Él. Por ello Dios separa a Su pueblo porque estos pecados traen adulterio y fornicación.
Romanos 1:18-32 
¿Quiénes son los responsables de todo esto? No todos los que practican tales pecados, sino los que lo aceptan.
El hombre se ha apartado de Dios y le ha venidos estas maldiciones. Lo que describe Romanos 1 es el tiempo de Argentina.
Estas maldiciones se rompen con un arrepentimiento genuino.
Hechos 19:17-20 
La obra de Cristo tiene el poder de limpiar toda maldición generacional. Para ello hay que arrepentirse para pasar de la maldición a la bendición.
El poder de la cruz te prospera.
2 Corintios 8:13-14 
Este pasaje habla de ser sembradores, ofrendadores y diezmadores del Señor. Es por falta de ello que la gente vive en estrechez.
Cuando hay una conciencia limpia, Dios va a mirar los corazones y sabe quién ofrenda con un corazón alegre, y es generoso delante de Dios.
Sería incompleto el mensaje de la cruz si no aprendemos a invertir para que el Reino se extienda.
Malaquías 3:8 
Cuando traes el diezmo y las ofrendas a Dios, tendrás economía, te alcanzará y serás tierra deseable, y la gente dirá: “quiero tener lo que usted tiene”.
No nos olvidemos de ser generosos delante de Dios.
El Espíritu Santo nos regenera, nos cambia y nos prospera.
Tito 3:5; 2 Corintios 5:17
La obra de la cruz ha sido perfecta.

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