domingo, 6 de junio de 2010

Dios quiere ser el Rey de tu vida

06/06/10
Predicadora: Iris Juárez

Jesús es mi Rey. Es el Señor en nuestras vidas. Esto tiene que hacer un “clic” en nuestras vidas. ¿Jesús es una visita en tu vida?
Tú eres el templo en donde Dios tiene que morar.
Efesios 1:3
Dios nos bendijo con toda bendición espiritual. ¿Qué es lo que te está faltando a ti? El Señor nos dice que nos da todas las cosas.
Marcos 1:15
En este pasaje el que está hablando es Jesucristo, que el tiempo que anunciaron los profetas se cumplió porque él está aquí.
Dependemos de un reloj para hacer nuestras actividades, pero Dios no habita en el tiempo. Para Él no hay tiempo, por ello lo sabe todo.
Hoy tienes que vivir las bendiciones del Señor. Dios quiere que descancemos en Él y además quiere gobernar tu vida. Si esto no sucede es porque tú eres el rey de tu vida.
¿Por qué no disfrutamos hoy de la bendición? Declara: “yo tomo la bendición que es para mi”.
Los Cielos no pueden contener Su gloria, pero si tú. Él vino a reinar en tu vida y no para ser un inquilino. No pueden reinar dos señores, el Señor y tú.
¿Quién reina en tu vida? ¿Jesús está de paso en tu corazón? Para que Jesús entre a tu corazón debes creerlo, y para ello tienes que ser como un niño para poder creer.
Cuando Dios es el Rey de tu vida, tienes que ser como niño para que dependas de Él. Un niño le dice a la mamá: “Mamá quiero agua”. Un niño no dice: “bueno, como no hay alimentos voy a trabajar en tal cosa”. Esto no hace un niño sino que pregunta, porque no sabe nada. El que es como niño tiene un espíritu enseñable y se deja corregir. El que es como niño se deja enseñar, es humilde pero manso.
¿Cuándo vas a ser como niño? En todo tiempo pregunta al Señor: “¿Tomo este trabajo Señor? ¿Voy o no voy a tal lugar que me han invitado?”
Hoy ya no consultamos al Señor, sino que contestamos haciendo. Cuando consultas al Señor, de una u otra manera vas a tener la repuesta.
Dios es la autoridad de tu vida porque Él es poder y autoridad. Allí en la repuesta vendrá la paz. Dios quiere que siempre vayas con la frente alta y no que el problema te someta.
Dios sopla sobre los huesos secos, el Espíritu sopla de los cuatro vientos en tu mente. Dile al Espíritu Santo: “Sopla sobre mi mente”. Tu problema está en los pensamientos. Necesitas ser renovado. Caminas cargando un contenedor de problemas, porque se los entregamos al Señor pero no le creemos. Dile: “Señor Jesús quiero que seas el Rey de mi vida”. Arrepiéntete por no creer en Dios y por creer en primer lugar en el médico ante un achaque. Hasta ahora Dios ha obrado por misericordia pero ahora tienes que creerle.
Díle al Señor: “Gracias por el pasado”, pero tienes que vivir el hoy. El enemigo te va a entretener con el pasado y el futuro porque no quiere que te goces del presente.
Te tienes que arrepentir por no creer en Dios. Si Jesús gobierna tu vida, como autoridad que es, decidirá en tu vida y te demandará.
¿Qué harás cuando Dios te pida algo que atesoras? Y cuándo te diga haz tal cosa y aquella no. Aprende a esperar en Él y arrepiéntete de ser el rey de tu vida.
Cree en Sus mandamientos, serás salvo tú y tu casa. ¿Entonces por qué dudas? Cree, declara que él o ella recibirán a Jesús en sus corazones.
Por sus llagas hemos sido sanados. Entonces le dices al Señor: “Sigo sangrando y Tú no haces nada”. Crees que el Señor es quién te sana. Declara que Sus promesas son verdaderas y cree. Cuando Le crees al Señor, hasta las oraciones son diferentes. Aprende a declarar Su palabra. Si es una necesidad de trabajo declara que lo tomas. Si es por hambre, dile al Señor: “Tú eres mi provisión”.
Si Dios no escatimó a Su hijo, ¿cuánto más te dará a ti lo que estás pidiendo o necesitando?
Cuando tu Rey es Jesús te aferras más en las cosas del Cielo que las de la tierra. Cuando el Señor es el Rey, Él es primero en todo y Su gloria se derramará sobre tu vida y verás las abundancias sobre ti. Dios no te llamó a ser escaso.
El enemigo quiere ponerte enfermo. ¿No dice la Palabra que somos más que victoriosos? Entonces no debes aceptar ni un resfrío.
Si Jesús es tu Rey, ¿por qué los bolsillos están pelados? Aprende a decirle al Señor: “Señor te consagro este dinero a ti para que Tú me digas en qué lo voy a invertir.”
Piensa; a Dios le ofreces tus problemas y tu enfermedad. ¿Y tu dinero? ¿Cuáles son las cosas que más atesoras? Dale al Señor y espera.
Dios quiere ser el Rey de tu vida y te ha escogido para que gobiernes.
Si Dios es el Rey de tu vida, ¿por qué reaccionas de mala manera? ¿Por qué te enojas? ¿Por qué no hay bendición en tu vida? ¿Por qué hay falta de economía? ¿Por qué te desesperas? ¿Por qué te conformas con vivir de la misma manera? ¿Por qué tomas decisiones sólo? Él quiere ser el Rey en tu vida. Espera a que Él obre, pero para que Dios obre tienes que despojarte. Dios no puede obrar en un corazón con orgullo y altivez.

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