domingo, 28 de junio de 2009

Nuestra vida y los pecados que impiden glorificar a Dios

28/06/09
Predicador: Edinson Pinedo

Hebreos 12:15
Nosotros somos un ser tripartito, formado por un alma, cuerpo y espíritu. Somos una unidad en tres. Dentro de nuestra alma se encuentra la mente, la voluntad y los sentimientos.
Nuestra alma no debe gobernar nuestra vida, sino el Espíritu de Dios posado en nuestro espíritu.
En nuestra vida hay áreas y estas tienen puertas. Estas puertas son la mente, la forma de pensar, los pensamientos.
Abrimos puertas al temor, a los malos pensamientos; y el enemigo toma el control porque ataca al alma, no al espíritu. Entonces debemos cerrar esas puertas y nuestra voluntad.
A veces el enemigo toca tu voluntad al decirte: “no vayas a la Iglesia” y te pone la T.V. o un vecino conversador. También puede tocar tu voluntad, al hacer cosas sin la dirección de Dios. En ese sentido podemos fracasar en la vida.
Una cosa es pedir a Dios para que la cosa sea diferente y otra para deleite personal.
¿Cuáles son los pecados que afectan a nuestra vida?
La ira no es igual que el enojo. La ira es algo que está dentro de las personas producto de un maltrato, daño, violación, golpes; y se va acumulando en sus vidas.
Todas estas acumulaciones están en el corazón y cada vez que se recuerda, genera rabia. Por eso hay gente que mata. La ira son aquellas cosas acumuladas del pasado.
El lugar que separamos para Dios es la adoración, porque levantamos un altar a Dios. La verdadera adoración y templo eres tú.
Cuando te hacen daño y eso te trae recuerdos malos, surge la ira. Distinto es el enojo. Jesús se enojo cuando vio que en su templo se usaba para comerciar.
La ira produce amargura generando oscuridad y tinieblas en el corazón.
1 Juan 4:7-8 
La amargura nos separa de Dios, de la familia y de nosotros mismos.
La amargura en las relaciones rotas produce tinieblas, pero el Señor nos va a decir amémonos unos a otros porque el amor es de Dios.
Amar implica renunciar a nosotros mismos. El mérito está en amar al que no te ama.
Estas relaciones rotas causan desensibilidad a la palabra de Dios, no pudiendo entender Su palabra, te duerme en la reunión. Por lo que debemos renunciar a la ira.
Hebreos 4:4-7
La gente con amargura no tiene reposo en Dios. Si escuchamos la voz de Dios no debemos endurecer nuestros corazones, sino abrirlos para que haga Su obra en nosotros.
El Espíritu Santo es el único que convence, y para ello te tienes que dedicar a orar y declarar la bendición de Dios. Pero para eso debemos estar sanos, porque un ciego no puede guiar a otro ciego.
Las relaciones rotas causan inmadurez en la vida.
1 Juan 1:6-7
Estamos llamados a la comunicación, a la acción y a marchar. Eso se llama trabajo en equipo. La sangre de Jesucristo nos limpió de todo pecado.
La amargura es el arma que emplea el enemigo para apartarnos de Dios. La amargura hace que no alcances la Gracia de Dios.
¿Cuándo conoces que una persona tiene amargura? Es esa persona que siempre repite lo mismo, porque el enemigo lo tiene atado. Nadie puede servir a Dios si hay amargura en el corazón, y además puede causar un desastre en la Iglesia. También hay gente resentida. Tenemos que caminar y seguir hacia adelante. El resentimiento trae cosas negativas, y Dios muchas veces va a tener que disciplinarnos por medio de la honestidad, entrega y fidelidad.
Si tu vida está en integridad y limpia, Dios impartirá justicia.
Tenemos que hablar con un corazón puro, que agrade a Dios y que glorifique a Dios en todo tiempo.
Una causa de resentimiento es no lograr nuestros objetivos y como consecuencia de ello, nos enojamos.
Santiago 4:3
¿Por qué Dios no te ha dado empresas? Porque pedís mal, para gastar en tus deleites, y cuando no lo alcanzas, te enojas y te recientes.
No estés llorando, porque Dios te ha dado todo. Dios te creo para gobernar, para ser un hombre o una mujer libre, y para disfrutar de las bendiciones y no ser gobernado por las circunstancias.
Cuando eres íntimo con Dios, Él se encargará de limpiar tus caminos.
Pedimos mal y por eso no recibimos, ni siquiera has pensado en que es invertir en el Reino.
Cuando tú inviertes en el Reino, vas a ver los resultados en tu vida.
El resentimiento no corregido debilita la fe, porque no se puede ver cambios.
Cuando tú renuncias a las cosas que a Dios no le agrada, el camino se hará más limpio.
Santiago 1:6-8
No le hemos creído a Dios y por eso estamos en lo mismo. Dios no puede llenar nuestra vida si está llena de otras cosas. Tienes que vaciarla para que Dios pueda llenarla con Su presencia.
Gálatas 5:17 - Romanos 8:7- 8
La palabra carne es igual a carnal, y significa inmadurez.
1 Pedro 2:1-3
Si realmente has nacido de nuevo, como un niño debes buscar Su palabra.
Dios dirige tu confesión y te hace llegar a Su propósito, porque es Él quien lo dirige para que tú lo sigas. Confiesa por tus hijos por tus generaciones. Dios no va a poner cualquiera en Su Reino, sino a hombres y mujeres que sean del cuerpo de Cristo, que han renunciado a cosa por el Señor.
No eres cualquier persona, eres especial y quiere limpiarte de toda contaminación. Dios quiere que te despojes de todo para que entres en el Reino para ser sacerdote y rey conjuntamente con Jesucristo para ministrar tu familia.
La repuesta de Dios vendrá porque fuiste íntimo con Él.
El Reino de Los Cielos es como un mercader que vendió todo lo que tenía para comprar perlas. Cristo vino a buscar perlas y fue quien vendió todo para hacer la voluntad de Dios.
Hay muchas perlas perdidas y Dios está sacando una nueva generación para usarnos grandemente para Su gloria.


Vocabulario

Amargura: Gusto amargo. Aflicción o disgusto.

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