sábado, 26 de noviembre de 2011

La obediencia

26/11/11 (Mañana)
Predicador: Luis Barraza

Dios no nos dará una orden, sino antes no la revela a su siervo para que la obedezcas. Obedecer es mejor que los sacrificios, dice la Palabra de Dios. La obediencia va unida a la fidelidad. Ser buenos administradores de lo que Dios nos ha dado, es el anhelo.
1 Pedro 4:1-11
Lo que está hablando Pedro al liderato en este pasaje es de la separación del sistema de vida. Habla de solidaridad, del amor, de cubrirnos para ministrar el don como buenos administradores. Para ello hay que caminar por el camino correcto. Si tienes un don, entonces explótalo al máximo, porque Dios allí se glorificará.
Aquí el Apostol Pedro dice que no desperdiciemos el don, si es que no tienen una muy buena relación con tus hermanos para solucionar dificultades.
Administrar no es mostrar lo que tú tienes, sino hacer lo que Dios te encomendó hacer, a persistir, a no bajar los brazos y seguir por la sana doctrina para que tú seas levantado, y tender la mano al hermano para sanar y restaurar. Y además para que vuelva a renacer el potencial que tiene cada uno adentro.
Se tienen que formar administradores firmes, para que en cada día se relancen para que la fe crezca, y en los hechos se vean los resultados de esa fe.
La Iglesia no es el edificio, sino tú y yo somos los portadores del Espíritu Santo.
Ezequías fue uno de los tantos administradores que tuvo el Antigüo Testamento.
2 Reyes 20:1-6
Ante un mensaje tan fuerte de que ordenara su casa porque iba a morir, la actitud de Ezequías fue la de una persona equilibrada y se atrevió a decírcelo a Dios. Entonces Dios oyó su oracón y vió sus lágrimas, y le bendijo con 15 años más de vida.
Ezequías se animó a decirle a Dios cómo anduvo delante de Él.
2 Reyes 18:1-8 Pág. 506
Así fue Ezequías delante de Dios, tal como lo relata este pasaje de 2 Reyes 18. Fue un buen administrador y cumplió todo lo que Dios le ordenó. La palabra “properar” aparece en este rey de Israél porque ganaba las batallas y obtenía botines compuesto de vestidos, animales, oro y plata. Es necesario que tú marches por el camino siendo buen administrador de esta bendita causa, haciédola crecer.
Te hago la siguiente pregunta a tí: ¿Hasta qué punto te pararías delante de Dios para decirle: “acuérdate de los caminos perfectos por los que anduve delante de Tí”?
La enfermedad de muerte, motivó en Ezequías que preguntara a Dios que tenga memoria de sus caminos delante de Él.
Tienes que saber que cada día tienes que jugártela siempre y no solamente por una fiesta. El obrero, el lider, o el título que quieras ponerle, siempre tiene que poner por obra la Palabra de Dios. El lider debe ser el primero que diezma, ofrenda y siembra. ¡Siempre debe ser el primero!
Los buenos administradores son siempre los primeros. No bajes los brazos, no te rindas.
Todos tenemos peleas económicas, pero nunca dejes de dar a Dios, porque Dios al que llama lo sustenta.
¡Qué osadía la de Ezequías para pararse delante de Dios y decirle que nunca se quejó y siempre obedeció!
Nunca te olvides de que eres un buen administrador y que tienes un perfil bajo, es decir en un sentido de humildad. Porque Dios exalta al humilde y quebranta al orgulloso. Es por ello que Pablo dice que es necesario mengüar nuestro carácter para que crezca el carácter de Cristo en cada uno de nosotros.
Pablo fue un buen admistrador, que escaló hasta cumplir todo lo que el Señor le demandaba. Y cuando llegó a la cima, lo esperaba la eternidad.
Para llegar a lo mucho hay que empezar por lo poco. La humildad manteniendo el servicio a Dios abre caminos en todos lados. Para ello tú estás hecho, para servir a Dios. Tiene mucha importancia ser buenos administradores.
1 Samuel 16:14
La expresión “saber tocar” significa hacer bien las cosas.
La expresión “prudente en sus palabras” significa ser medido, no hablar por hablar. Siempre consulte, no haga por el simple hecho de hacer las cosas.
Ponga en práctica estas expresiones para que aprendas a ser un buen administrador. Es una honra, es un privilegio ser siervo de Dios.
El cuerpo ministerial es un parachoque. Hay que tener mentalidad de capitan de 100. Ese fue el consejo del suegro de Moisés, Jetro porque observaba que se desgastaba.
Un líder está dispuesto a todo, a jugársela hasta el último para disfrutar de la victoria.
Intentar es algo que no se logra. En cambio tú no eres de los que intentan, sino de los que hacen. Y no vas a huir porque no eres de los que retroceden, sino de los que avanzan para preservación del alma.
Existe un dicho que dice que soldado que huye sirve para otra guerra. Sin embargo yo afirmo que soldado que huye, es un cobarde. Porque cuando vaya a otra batalla, también huirá. Y cuando se presente de nuevo en otra batalla, también huirá.
Quizás hoy tú no te das cuenta en el lugar en el que estás. Detrás de ti hay familias que Dios afectará en sus vidas.
Podrás estar cansado, pero otra cosa es tener cara de amargado. Si te encuentras amargado, venga y converse con sus Pastores. Si no se hablan estos temas que causan la amargura, se formará la rebelión.
Tienes que luchar por la obra de Dios. En Dios no hay fallas, porque es el capitán de la obra. Habrirás la boca cuando tengas que abrirla.
No es una deshonra decir: estoy cansado. Dios sabe cómo estás. Pero Dios quiere escuchar tu voz. Así fue lo que hizo el ciego Bartimeo ante Jesús en Marcos 10:46. Jesús le dijo al ciego: “¿Qué quieres que haga?” Era más que obvio que el ciego quería la vista y Batimeo dijo: “quiero ver”. Jesús lo sabía pero quería escuchar su voz.

No hay comentarios: