domingo, 28 de agosto de 2011

Deja de beber agua del pozo y comienza a sumergirte en el río para que tu vida se ensanche

28/08/11
Predicador: Edinson Pinedo

Juan 4:1-26
A veces uno tiene que morir, es decir negarse así mismo en lo que quiere hacer, para que otros sean salvos e incluso para ser de bendición para los demás.
Tenemos que saber escuchar la Voz de Dios para poder plasmar Su Gracia para que ésta obre y podamos ver Su bendición.
Dios está hablándonos, y eso de lo que nos habla, hay que hacer.
Jesús no tomaba decisiones si su Padre no le decía nada que hiciera. Cuando Jesús hablaba, siempre decía: “escrito está”, y cuando enseñaba se sujetaba a la Palabra. Lo hizo así para que su ministerio sea fructífero.
El primer milagro de Jesús fue en las bodas de Canaán, al convertir el agua en vino. El vino representa la provisión de la vid. Jesús se compara con la vid y nosotros las ramas, que por sí solas no pueden dar fruto, ya que separadas de la vid nada pueden hacer. Jesús había sido invitado junto a los doce Apóstoles. Fue así que realizó el milagro, porque Dios está interesado en la familia. Cuando Dios creó al hombre, lo hizo varón y mujer para que fueran familia.
Cuando Jesús inicia su ministerio fue a la casa de una familia para introducir el mensaje de la salvación.
Tenemos que entender que Dios tiene Sus planes y formas de obrar.
Este pasaje del libro de Juan, cuenta que Jesús estaba pasando por Samaria, desde Jerusalén para ir a Galilea. En el tiempo de Jesús, Israel estaba dividida en tres: Judea al sur, Galilea al norte y Samaria en el centro. Los samaritanos eran producto de una mezcla que se había realizado 7 siglos antes de Cristo, entre judíos y gentiles. Samaria había sido invadida y la gente rica había sido llevada cautiva porque eran productivos. No así los pobres que se quedaron y se casaron con los gentiles. Y comenzaron a mezclar la sangre y nació Samaria. Para los judíos y fariseos, Samaria era un pueblo contaminado porque había mezcla de sangre y culturas; y por ello daban la vuelta a Samaria para poder ir hacia Galilea. En este contexto, Jesús pasó por Samaria a las 12hs, la hora sexta, y se detuvo porque se cansó, mientras sus discípulos fueron al pueblo a buscar comida para almorzar. El dinero para comprar pan provenía de las ofrendas, porque Jesús predicaba la Palabra de Dios. La estación del tiempo era verano y a esa hora hace mucho calor. La mujer samaritana fue a buscar agua al pozo porque a esa hora ninguna mujer iba, ya que lo hacían por la mañana. Como de costumbre, iba a esa hora porque tenía problemas maritales, debido a que se había casado 5 veces. La mujer samaritana no era una prostituta, sino más bien era una mujer de negocios, es decir con economía. Además amaba a Dios porque tenía conciencia de Dios. Fue así que ésta mujer se divorció 5 veces, porque todo le salía mal. Probó una vez, dos, tres, cuatro y con el quinto le fue peor. La mujer samaritana era de caracter fuerte, es decir no era fácil para el varón que dominara la relación, porque era una mujer líder.
Al sexto intento, decidió no casarse porque no avanzaba en sus negocios.
Jesús, cansado del camino, se detuvo y se encontró con esta mujer, que la gente de Sicar la tenía por mujerzuela, fácil.
A esta mujer no le fue bien por muchos años, pero le había llegado la hora de que le vaya bien. Jesús se sentó mientras sus discípulos fueron a buscar comida y le pide agua. Hay mucha gente que está pidiendo agua en este tiempo. Dios te ha capacitado para ser dadivoso, para dar. Dios está esperando que Le des y no que le pidas.
Jesús te dice que si tú supieras a quién adoras y alabas sabrías si te encuentras en un pozo.
Esta mujer estaba seca por dentro porque no tenía gozo, paz y no podía transmitir nada porque no tenía nada.
La mujer le responde a Jesús que cómo se atrevía a pedir agua a ella si él era judío.
Jesús le dice que si supiera quién te pide agua, es decir quién te habla, Él te hubiera dado agua que da vida; te dará el río de Dios en tu vida. Jesús vio el corazón de la mujer que estaba seco.
La mujer le pregunta a Jesús: ¿A caso tú eres superior a Jacob, quién había dado el pozo para que bebiera agua la gente y los animales? La samaritana pregunta esto porque José murió en Egipto, pero lo enterraron en la heredad de Jacob, allí fue llevado.
El pozo tenía un simbolismo. En el pozo no corre el agua, sino más bien es agua estancada que no se extiende, y con el correr del tiempo se quedará sin agua.
Hay mucha gente que está estancada en un pozo que no avanza. Así como la Iglesia vive, así es como vives en tu barrio; es así también la forma en cómo provocas cambios. Dios te llamó a generar cambios, pero cuando tú hagas lo correcto.
La Iglesia no es solo cantar alabanzas, sino provocar cambios en tu familia, en el trabajo. Por medio de este simbolismo es que la Iglesia tiene su propio pozo, porque tiene su propia denominación.
El libro dice que Jesús se cansó del camino; significa que era humano dentro de su divinidad.
Los milagros que hizo Jesús en la tierra, sucedieron porque Dios estaba con él. Porque no hacía nada si no le decía su Padre. Estaba sujeto a su Padre. En su humanidad y estando en el monte de Getsemaní, le dijo al Padre que no quería que pasara la situación de muerte porque no quería morir, pero que se hiciera Su voluntad.
En nuestra vida tenemos que hacer la voluntad de Dios.
¿Usted sabía que el problema del mundo no es económico? Sino que por años siempre las personas han estado iguales, llevando y hasta incluso teniendo las mismas deudas.
El problema del hombre no es económico, sino que no confía en Dios de todo corazón y no puede vivir creyendo en Él siempre.
Por eso Jesús, dice si tomas aguas de pozo, tendrás sed siempre.
Hay que estar atento a lo que Dios dice. Habrá que morir al yo personal.
Un liderazgo que triunfa es el que soluciona su problema, que avanza, que no se queda con lo que hace, que no tiene cosas en su corazón y deja que Dios toque nuestras vidas.
Todos estamos en un proceso de cambio; nunca critiques a nadie, sino más bien acércate y resuelve tu problema. Defiende a tu hermano delante de la gente, orando uno por los otros.
El río de Dios ha llegado sobre aquellos que buscan y toman las riendas de la fe y que clavan las rodillas para orar, porque el enemigo se levanta.
Cuando eres ordenado en disciplina, tendrás la autoridad de Dios en tu vida.
Nunca vengas a adorar a Dios con un corazón enojado, para que puedas ver la Gloria de Dios.
La palabra “río” significa que el agua corre y cuando te metes en el río, el agua comienza a pegar en las piedras que tienen que salir para que éste se ensanche.
Este tiempo se abrió la oportunidad para la adoración, porque Cristo vino para sanar la gente de sus pecados, para extender el Evangelio y para vivir una vida santa. Y la Iglesia tiene que estar dispuesta a pagar el precio para que adoremos en espíritu y verdad.
Cuando eres ordenado, Dios estará contigo.
La samaritana le dijo a Jesús que él era profeta. Jesús le estaba diciendo a la mujer que él era el séptimo marido. Y cuando recibió a Jesucristo, invitó a una multitud porque había encontrado al Mesías. Cuando tú tienes un encuentro con Dios, así será tu deseo de amar a Jesucristo en todo tiempo.

No hay comentarios: