domingo, 24 de octubre de 2010

El Espíritu Santo

24/10/10
Predicador: Ariel Aranda

Dios no te ha creado para vivir derrotado, sino para que seas una persona valiente, valerosa. Cuando no te salgan las cosas, aprende a cultivar la paciencia, porque todo tiene su tiempo.
Vamos a leer la Palabra para conocer a Dios, para amarlo y saber Quién es Él.
Amos 3:3
¡Imposible! Los mejores amigos se separan porque no hay acuerdo. Ante las crisis los matrimonios se separan porque se resisten uno y el otro. Pues ¿andarán dos juntos si no se han puesto de acuerdo? No. Si no están de acuerdo es porque piensan diferente. Esto funciona así porque hay que ponerse de acuerdo para ir algún lado. Entonces, ¿cómo puede ser que los matrimonios se casan? Van de luna de miel y al regresar se separan diciendo que sólo ha sido una experiencia; lloran y dejan de estar juntos. Así afirmamos que es nuestra relación con Dios, una experiencia. Pero Dios quiere que nuestra relación con Él sea continua porque Él es una persona.
Jesús antes de ir al Cielo, nos encomendó que hagamos algo y además nos dejó una persona, que nos ayudaría y además nos acompañaría todos los días. Esa persona es el Espíritu Santo que nos guiará a toda verdad.
Te pregunto a ti: ¿Dónde está el Espíritu Santo? ¿En qué lugar lo has puesto? ¿Dónde está tu confidente? ¿Qué has hecho con Él?
El Espíritu Santo es paciente y te espera en tu habitación, en el comedor; quiere una relación todos los días y no solamente los domingos.
¿No sabes que el Espíritu Santo es muy sensible?
Parece que los días difíciles no tienes paz, sin embargo Él es la paz.
Dice el Espíritu Santo: ¿Andaremos vos y yo si no estamos de acuerdo?
¿Qué vas hacer? ¿Qué estás haciendo?

(Es la primera vez en mi vida cristiana que escribo y no puedo dejar de llorar mientras escribo, porque me he dado cuenta que he lastimado al Espíritu Santo).

Dile al Señor: “Señor te pido perdón. Quiero que seas mi despertar porque se que Tú vas hacer la obra. Espíritu Santo de Dios, ven a mi vida, quiero una relación día a día. Y me resisto a que yo sólo quiera hacer las cosas. No quiero que seas una experiencia. Señor ven a mi vida y has de mi vida Tu instrumento. Levántame en fe porque mis parientes esperan de Ti. Hazme dócil y tierno para que Tú me uses. Señor yo te amo.”
¿Hace cuánto le has dicho “te amo Espíritu Santo”?
Dile algo sincero a Él. No uses frases armadas, ni palabras hechas.
Dile: “Señor abraza mi alma, abraza los niños, mis nietos que vendrán. Señor quiero dejar una herencia, una herencia eterna: el Espíritu Santo en sus vidas.
Por amor a tu siervo, guarda mis hijos, mi esposa, mi esposo. Te amo Espíritu Santo por todo lo que has hecho en mi vida, en el nombre de Jesús. Amén.”

No hay comentarios: