domingo, 15 de noviembre de 2009

La salvación inicia el proceso de santificación (II Parte)

15/11/09
Predicador: Edinson Pinedo

Filipenses 2:12-18
El corazón de Dios se alegra por el ofrecimiento de tu persona. Siempre hemos tomado en cuenta el pedir para nuestro propio beneficio personal, en lugar de buscar la presencia de Dios para que las puertas se abran. No hay necesidad de pedir mucho si eres un adorador o una adoradora. El ofrecimiento en el mundo espiritual se aplica en el mundo natural.
Dios te llamó para ser padre de naciones, para ser próspero en todo, no sólo en el área económica, y para que de tus lomos salgan familias y jóvenes cambiados. No te contentes con las migajas que hay en tus manos. Las migajas no son nada, son sólo una degustación de la bendición de Dios.
Cuando tú trabajes no por petición sino por ofrecimiento, Dios abrirá un camino diferente en tu vida y te hará mostrar el propósito que tiene en tu vida, porque la salvación es progresiva.
La expresión de Génesis 12:1 “sal de tu tierra y tu parentela” Dios está diciendo sal de tu forma de ser, sal de tu molde de vida, deja lo que aprendiste de niño.
Como cristianos nos ponemos al molde de Dios, en lugar de poner a Dios en nuestro molde.
Tienes que ser voz de liberación en tu trabajo, y la gente tiene que ver en ti un anhelo de cambio. Esto se logra cuando te comprometes con Dios. Usted ha sido salvo para progresar en su salvación y no para estar estancado.
Lo que te traiciona en la vida es que cuando recibes a Jesús, quieres seguir con tu vieja manera de vivir, y así te olvidas del propósito de Dios en tu vida, y tu salvación no va progresando ni extendiéndose.
Tú eres un ser vivo con la capacidad de multiplicarte en hijos espirituales.
Llegas a un punto en que crees que estás prosperado y bendecido, pero en realidad no lo es, porque aún no llegaste a ser padre de muchedumbres. No te engañes porque aún no has discipulado a las personas en las que te multiplicaste. Esto se llama dar la bendición. No seas escaso. Ser bendecido es cuando tú provocas cambios en tu familia y luego en tu ciudad.
Filipenses 2:13
Aquí está hablando de la salvación que Dios ha puesto en nosotros. A veces nos estancamos porque no ofrecemos alabanza y adoración al Dios vivo, y no has entendido que es ofrecimiento y adoración. El ofrecimiento y la adoración es provocado por Dios, por ello es necesario buscarlo, orar, leer Su palabra.
No cambies tu adoración por un plato de lentejas como hizo Esaú.
Dios te ha puesto en un lugar en la Iglesia y algunos no lo quieren y es como despreciar la bendición de Dios. Comprométete con Dios. No regales tu bendición, tu progenitura porque lo tienes que hacer producir, y es Dios quién provoca el querer como el hacer según Su buena voluntad.
Haz todo sin murmuración. Desempeña la responsabilidad que tienes delante de Dios de obtener tu santificación con una búsqueda permanente de ofrecimiento y no sólo de pedir.
Cuando tú buscas y ofreces a Dios, Él se ocupará de ti, porque habrás tocado Su corazón.
Dios nos salvó por misericordia, pero la gracia después de la salvación es el efecto de un corazón agradecido.
Una bendición por misericordia es cuando bendices a tu hijo porque ya no queda otra cosa que bendecirle por el simple hecho de ser tu hijo. Sucede cuando por ejemplo tienes que pagar los estudios de tu hijo por más malas notas que tenga. En cambio la bendición por gracia es cuando tu hijo se esfuerza en los estudios, es un alumno aplicado, obediente y pregunta cómo puede él ser de bendición; y tú lo bendices no con una bicicleta sino con la mejor bicicleta. Esto sucede porque, como hijo, tú tocas el corazón de tu papá.
Cuando tú agradas el corazón de Dios, las puertas de los Cielos se abren, porque Le amas, porque Le buscas, porque fuiste ofreciéndote al Señor. Cultiva una cultura de ofrecimiento al Señor. Cultiva una cultura de ofrecimiento a Dios para ser santo.
1 Corintios 1:1-2; Romanos 12: 1-2
Cada día presenta tu cuerpo en sacrificio vivo delante de Dios y no como animal muerto. Si realmente recibiste a Jesús vas a agradar a Dios y todo lo que tiene el Padre vendrá a ti.
Mateo 6:33
Esto es practicar la santificación. Nosotros somos coherederos conjuntamente con Cristo y también somos colaboradores.
Si estás en el camino correcto, tienes que ofrecer porque es mejor dar que recibir.
Nosotros somos como el águila y debemos progresar. No solo encárgate de orar sino también de hacer, ya que orando y haciendo las puertas se abrirán. Dios te devolvió la joya que se había perdido y está dentro de tu corazón.
Dios no te fuerza a nada. Cuando tú buscas a Dios, Él te impulsará al progreso.
Pablo exhorta a esforzarte y hacer las cosas sin murmuración, sino contento.
El milagro se produce cuando eres diligente, es decir te esfuerzas en la gracia de Dios. (2 Timoteo 2:1) enseñando a otros lo que aprendiste buscando a Dios, y Dios abrirá las ventanas de los Cielos. El ofrecimiento a Dios rompe esterilidad como Zacarías. Todos los días podrás hacer el sacrificio, presentando incienso y que provocará una evangelización ganando almas para Cristo y para que además, sean transformados por Dios. El incienso representa la oración.
La palabra “irreprensible” (Filipenses 2:15) significa sin mezcla. Si naciste de nuevo con Dios, entonces no te metas en los negocios del mundo porque has sido revestido de santificación y en tu corazón mora el Espíritu Santo.
Tienes que ser irreprensible, pero sin mezcla y en medio de las tinieblas, tienes que resplandecer mostrando tu postura de hijo de Dios.
Efesios 5:27
Tienes que llevar una vida en santidad y eso cuesta, cuesta decir no.
Estamos en un proceso, estamos en el camino de la salvación y Dios quiere cumplir Su propósito en ti.
Dios siempre suple todo lo que te haga falta. En el mundo tendrás aflicción pero Dios ha prometido estar contigo todos los días.
¿Cómo estás obrando con la salvación que Dios te ha dado? Que no te engañe el enemigo para que vivas siempre lo mismo. Dios no te salvó para ser agua estancada, sino para introducirte en el río que arrastra piedras que no tienen colores. Cuando te metes en el río las piedras son alisadas y la corriente le da color.
La vida cristiana no es fácil. Cuando te metas en Su río, el cause te llevará al mar.
Ahora eres pequeño, pero de lo pequeño Dios hace cosas grandes; tú vida se ensanchará y serás de bendición para otros.

No hay comentarios: