domingo, 14 de octubre de 2007

El tiempo de Dios

14/10/07
Predicadora: Berta Bustamante

Josué 6:2-3 - Génesis 25:1-2
Después que Sara fallece, Abraham tiene hijos con Cetura. El tiempo de Dios es ahora. Para eso hay que tener el oído atento a Dios, como lo hizo Josué.
Hay etapas de tú vida en la que surgen cambios y tienes que estar preparado para afrontarlos.
¿Cómo sabemos cuándo es el tiempo de Dios? Depende de que sea consciente, de que me determine. El tiempo de Dios es cuando: se ven los frutos, cuando maduro, cuando paso pruebas, cuando me preparo.
Para que Dios suelte las bendiciones será necesario que todos estemos juntos en armonía, es decir de acuerdo.
Dios nos va preparando para el sueño que está en nosotros. El tiempo de Dios va a ser cuando me haya preparado, cuando tenga una comunión con Dios, cuando haya aprendido a administrar lo que hoy está en mis manos. Y si lo he administrado bien, Dios me pondrá sobre más, bendiciéndonos.
1 Crónicas 16:9
Dios dice que tengamos un corazón perfecto para con Él para soltar profecía. Para ello hay que ir a los hombres de la Biblia para entender y estudiar la vida de esos hombre, qué fue lo que hicieron.
(a) Dios nos prueba en todas las áreas para bendecirnos.
(b) Cuando uno es bendecido, hay que bendecir a otro.
(c) El bendecido se deja bendecir.
(d) El bendecido se conecta con gente de bendición.
(e) El bendecido agradece la bendición de Dios.
Isaías 46:9-10
Dios quiere bendecirnos, prosperarnos y va a cumplirlo hasta el último día de nuestra vida.
El resultado de nuestra vida sólo depende de nosotros. ¿Qué nos falta para cumplir nuestro sueño?
Nosotros somos los únicos responsables que frenamos las bendiciones. Dice el Señor: “Dígnate de leer el manual de la vida que te di.”
Gracias Señor por golpear la puerta ahora. Hoy entendí cada paso que doy.
Señor hoy entendí el poder de la palabra, de soltar palabra, de entender que no me había puesto de acuerdo para recibir las bendiciones de hoy y no las de mañana, porque el entendimiento ha venido a mi vida.
Los frutos que necesitas son los frutos que tienes que cosechar; siempre sujeto a la autoridad, ya sea en la familia, Iglesia, empresa o en el trabajo.
Señor ayúdame en el ver en el hermano un potencial con el cual me pueda bendecir.
El corazón perfecto pide perdón por los errores para no volverlos a cometer.

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