domingo, 22 de julio de 2012

Dios te hizo una planta fructífera

22/07/12
Predicador: Edinson Pinedo

Juan 15:11-17
Una de las cosas que hoy demanda Dios es que produzcamos frutos, es decir que nos reproduzcamos. Y este es el resultado, el fruto del crecimiento.
vv15-16 El Señor espera que llevemos frutos que perduren. Este fruto es en todos los sentidos en la vida del creyente, además de la gran comisión de predicar el Evangelio a toda criatura, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; enseñando todas las cosas que mandó Jesús que guardásemos. Y que la gente pueda ver que somos Hijos de Luz.
Ser fructífero en nuestras vidas es la manera de dar gloria a Su nombre.
Pero, ¿cuáles son los frutos?
Gálatas 5:19-21
Este pasaje habla lo que produce el Espíritu Santo en la vida del creyente. Y sucede porque el Espíritu Santo se envuelve con el espíritu del creyente, y por ello es ungido una persona. Y es allí que se determina el crecimiento espiritual. Por eso, a medida que el creyente busque a Dios Su gloria más resplandecerá sobre la vida, porque la Gloria de Dios saldrá hacia afuera. Fue así que Jesús se transfiguró.
Todas las palabras que Jesús habló fue la Palabra de Dios en su vida cotidiana, porque fue obediente al Padre.
Los frutos tienen que desarrollarse, y ser visible para la familia, el vecino; dando buen testimonio de amor, paz, benignidad, mansedumbre y templanza.
Por el fruto de tu trabajo te conocerán, así como el de tu predicación.
vv8 Damos gloria a Dios y es glorificado cuando damos frutos en tus expresiones, en tus pensamientos, en tu forma de conducirte y en tus palabras.
Cuando tú lees la Biblia, podrás observar que el enemigo huyendo de la Iglesia, porque allí es donde está el Espíritu Santo. Y sucede porque el enemigo no puede acercarse a un pueblo santo, que fue comprado a precio de sangre. Pero nosotros tenemos libertad. Por lo tanto, depende de ti de que vivas en victoria o en derrota.
Llevar frutos es la forma que agrada a Dios cuando predicamos Su palabra,
Colosenses 1:9-10
Esta es la forma de agradar a Dios. Todo problema en la vida es por un momento, y no para toda la vida; y es para que la fe sea fortalecida. En ese momento crítico es cuando hay que tomarse de la fe.
En la prueba, Dios fortalece tu corazón, vida, mente y tu ser entero.
Jesucristo emitió palabras de juicio contra una higuera porque no encontró fruto alguno.
Mateo 21:18-19
Inmediatamente la higuera se secó. Aquí podemos ver el Poder de Dios, emitiendo un juicio contra una higuera que no tenía fruto. ¿De qué le servía a la higuera tener un buen tallo, buenas hojas pero sin frutos?
Hay creyentes que viven de juicio en juicio espirituales por estar metido en sus mismos problemas.
Dios te llamó al Reino de Los Cielos para estar bajo la dirección de un Rey y para ganar la batalla. Dios nos llamó para dar fruto. Sería bueno que nos examinemos para saber qué clase de frutos estamos generando. Y tienen que ser demostrados.
Lucas 14:11-52
Los fariseos se creían ser los máximos, y por ello perdieron la posición de pueblo escogido para predicar a todo el mundo.
La visión que tenemos es que se abran casas para discipular a la gente. Que se muestre en tu vida lo que Dios ha puesto en tu corazón y mente.
Apocalipsis 3:14-22
La Biblia ha sido escrito para la Iglesia, y de alguna manera nos apartamos del propósito de Dios de ser triunfantes en la vida; de alcanzar los sueños.
Ser fructíferos es dar fruto de descendencia espiritual al paso que damos.
Tienes que abrir la boca, no hace falta que le prediques sino que simplemente abras la boca porque Dios pondrá Palabras de vida en ti. Tienes que proclamar que: Cristo me salvó y también te puede salvar a ti. ¿Quiéres recibir a Jesucristo como Señor y Salvador personal?
Los frutos de calidad personal son aquellos que involucra la calidad de vida espiritual, saliendo temprano hacia el trabajo, calidad en el cuidado personal, calidad en el habla, esforzándote en el resultado. Tus actitudes tienen que oler a cristiano.
No esperes a las presiones para predicar el Evangelio, sino espera a que Dios te use.
Todo lo que tienes proviene de Dios, por lo que si hoy tienes un trabajo entonces lo cuidarás para que la Gloria de Dios se manifieste. Porque como hijo, hija de Dios tienes que brillar en medio de la oscuridad.
Mateo 3:8
Pero además, tenemos que tener frutos dignos de arrepentimiento. Esto implica un cambio de mente, desde que recibes a Jesús, cambiando la forma de ver las cosas de una manera progresista, declarando tu comienzo de día: “me encontraré con una persona que me sacara de la ruina económica. Comenzaré andar en la verdad y de manera legal siempre”. Esto es caminar en justicia, caminar en la verdad. Esto es hacer justicia, en no romper los código de tránsito por ejemplo. Dios te llamó para que seas parte de un Reino, y el Reino de Los Cielos es ordenado.
También tenemos que dar fruto de corazones generosos.
Romanos 15:25-28
Los líderes deberían ser los primeros en ofrendar, porque tus hijos verán lo que tú eres. El creyente debe estar crucificado juntamente con Cristo para morir a los que nos gusta y justamente lo que nos aleja de Dios, y además ser generosos. Tiene que morir el dolor que genera dar. La generosidad rompe el impedimento que no permite que ofrendes con gozo y alegría para que la Bendición de Dios llegue y para que nunca carezcas de nada, y para que las puertas de bendición se abran.
¿Cómo es tu fruto en estos días?
Si el fruto no es como corresponde, deberás ponerte a cuentas con el Señor para poder ganar almas para Cristo, produciendo frutos en la vida cotidiana, en tu corazón, en tu mente y en tu trabajo.

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