29/04/12
Predicador: Edinson Pinedo
Lucas 15:25-32
Estos últimos días en la Iglesia han sido muy hermosos, disfrutando de cultos de oración.
Siempre cuando hemos tomado este pasaje de Lucas 15, hemos predicado del hijo menor, pero no del mayor.
¿Por qué Jesús menciona en esta parábola el cerdo? Porque los judíos no comen cerdo, pero si en Egipto. Por ello menciona que el hijo menor habiendo comido todo, deseaba lo que comían los cerdos. Jesús pone como situación límite a este joven judío que había malgastado la herencia de su padre, y que ahora anhelaba comer lo que comían los cerdos. Pero aún los cerdos le mezquinaban la comida. Pero decide volver a la casa de su padre porque estaba ido. A veces el estres, el sobre esfuerzo es tan fuerte que no sabes qué hacer.
Este muchacho se encontraba en una situación tan crítica que decide volver a lo de su padre, porque la economía se había terminado. Pero tienes que saber que el dueño de la economía siempre estará contigo. Mientras él decide regresar, el padre lo estaba esperando.
Aquí en la Iglesia hay una niña que siempre es acompañada por su perro. Mientras está en clases, el perro la espera. Y al salir de clases, camino de regreso en bicicleta, el perro va por detrás, en una demostración de amor. ¡Cuánto más te espera tu Padre celestial!
Tu hijo o hija podrá ser rotulado como la peor. Pero es tu hijo porque lo amas. No instruyas a tus hijos para que esperen recompensas, sino ama y cuida a tus hijos para que les vaya bien en la vida y seas agradecido a Dios. Y no que seas agradecido porque tus hijos se acordarán de ti solo si tú los recompensas.
Tu hijo podrá estar en malas condiciones, pero tú como padre lo reconocerás de lejos, porque salió de ti. Por lo tanto, nunca dejes de reconocerlo.
El hijo menor al llegar a la casa, le dice al padre que pecó contra Dios y contra él. Le pide perdón y el padre le cambia sus arapos, lo viste con el mejor vestido, y finalmente le hace una fiesta. Dios siempre ha preparado algo especial para ti, porque tú eres especial.
En esas circunstancias comienza a sonar las gruitarras, los bajos, la bateria, y la algarabía. El hijo mayor estaba en el campo. ¿Por qué no estaba el hijo mayor en la casa?
El hijo mayor representa a los hijos de la Iglesia que dicen que están en la casa de Dios pero están en sus cuestiones y dicen los errores que cometen los hermanos.
Dos cosas que vemos en este pasje Bíblico son: aquellos que trabajan y los que cuestionan, diciendo los errores de los hermanos porque no están ocupados. Pero gracias por ellos porque podemos corregir los errores. Ninguno es inutil en el Reino de Los Cielos, porque de una u otra manera son útiles. Y como consecuencia la bendición de Dios estará sobre Sus hijos. Pero hay que ser fiel para tocar el corazón de Dios, y ser bendecido.
El hijo mayor no estaba en la casa porque no había recibido a Jesús en su corazón. Como se está predicando todo este último tiempo, les vuelvo a contar: ¿Cómo se conoce cuando una persona ha nacido de nuevo?
Cuando la persona confiesa con su boca de que Jesús es el Señor y lo recibe en el corazón, y además esa confesión fue de verdad, el Espíritu Santo avala la confesión porque fue sincera y la sangre de Jesús lo limpia de todo sus pecados. Entonces Dios lo sella con el Espíritu Santo. Y Su sello sobre el corazón de la persona, hace legal la confesión y lo presenta delante de Dios como Su hijo, Su hija. Por lo tanto, pasa a ser un Hijo o una Hija de Dios. Comienzas a transitar en la vida como tal y comienzas a cambiar tu forma de hablar, tus expresiones y hasta tu forma de cantar. Dejas de cantar canciones sin Dios y comienzas a cantar alabanzas, sabiendo lo que cantas.
El que no ha nacido de nuevo en el Espíritu, no tiene paz, continúa con los mismos problemas, tiene los mismos pensamientos, no trata de arreglar su problema porque éstos los abruman y lo sacan de los propósitos de Dios, porque no ha tenido una convicción de la sangre de Jesús y su confesión no fue verdadera.
Así fue la confesión de este muchacho mayor. Nunca recibió al Señor Jesús en su corazón. Por ello se acercó a la casa y oyó la música. Es decir, no estaba dentro de la casa. La música no estaba fuera de la casa, porque la adoración se levanta en la casa y porque tú eres una habitación de Dios. Por lo tanto, la sinfonía de Dios debe estar dentro de la casa.
Hechos 2:47
Mientras alababan, la gente se convertia al Señor. ¿Y dónde estaba la gente alabando? En la casa.
Dentro de tu casa debe estar impregnada con la alabanza del Señor, la cual tiene que alimentar tu corazón.
En la casa estaba la alabanza del Señor cuando llegó el hijo mayor. La música es símbolo de paz y alegría.
Isaías 48:22
Para los malvados no hay paz, sino para aquellos que glorifican el nombre del Señor.
Lucas 15:6,9
Cuando el hijo mayor se acercó a la casa dijo: “¿Y esa música? ¡Nunca hicieron fiesta para mi!”
Lucas 16:19:31
Si no escuchas a los pastores, ni mucho menos a los profetas, no estarás en el Paraiso con Dios, sino en el infierno. Revisa tus acciones y pregúntate: “¿Habré nacido de nuevo?” Si el Espíritu Santo pone paz en tu corazón, es el mismo Espíritu Santo Quién dará testimonio a tu propio espíritu de que eres un Hijo, una Hija de Dios. ¡Vive como hijo de Luz!
El hijo mayor se enojó y no quiso entrar a la casa. Seguramente habrá dicho: “nunca más voy a ir a la Iglesia. Ahora dejo todo y me voy”. Pero esa era su casa, y lo estaban esperando porque era el lugar donde podía disfrutar de la bendición. Dios te ama tanto que Él siempre está tocando la puerta de tu corazón para que procedas al arrepentimiento. Pero estás tan distraido, distraida que no escuchas a Dios. ¿Tan grande es tu situación que es más grande que Dios? ¿A caso, Dios no te podrá dar la libertad para caminar por el camino incoruptible?
El padre cuando oyó que el hijo mayor había llegado a la casa, le pidió que entrara.
Lucas 8:13
Si la tierra está dura, la semilla de la Palabra de Dios será arrebatada por el adversario. Hay otras semillas que fueron sembradas entre espinos. Pero cuando la planta aparecio, éstos la ahogaron. Pero hay otra semilla que cayó entre pedregales. La planta brotó y como la tierra no era profunda, las piedras y el calor del sol provocaron que la raíz se quemara. Y el grano que cayó en tierra buena, fue aquél que confesó sinceramente y nació de nuevo en el espíritu.
Dios te enseña a tener compasión por aquellos que se fueron y alejaron, volviendo al camino del mundo. El papá tuvo una actitud sin la intención de dañar con sus repuestas al hijo mayor, sino que sus repuestas llevaban impregnada la suavidad. A pesar de que tienes todo en la casa, no lo disfrutas. Tienes todo para saciar tu hambre, comes pero no te sacias. Tienes la música para cantar, pero no quieres adorar a Dios. Tú tienes todo en la casa, tienes una puerta abierta para disfrutar de la alabanza. No tengas la actitud del hijo mayor. Tu hermano estaba muerto y ha vuelto. Por lo tanto, pasa y disfruta todo lo que hay en tu casa.
Como el padre del muchacho mayor era amoroso, lo trató con palabras y de manera suave. No fue lo contrario. Es decir cuando el hijo mayor vió que su hermano regresó a la casa, exclamó: ¿Por qué mandaste a matar el becerro más gordo? A lo que el padre respondió: ¿Es tuyo el becerro? El hijo mayor responde: no papá. Entonces no te metas. Lo mandé a matar porque lo he estado cuidando para tu hermano, respondió el padre. ¿Y por qué lo vistes con la mejor ropa si malgastó el dinero con prostitutas? El padre le respondió: ¿Acaso son tuyos los vestido? El hijo mayor respondió: no papá. Entonces lo visto con la mejor ropa porque yo quiero.
El padre no le respondió así, sino que fue amoroso con su hijo mayor.
Apocalípsis 22:17
El que tenga sed, venga y beba gratuitamente del agua de vida.
Si esta Palabra ha hecho que revises tus actitudes, y no quieras estar en la situación del hijo mayor, es decir cuestionando, ni buscando la presencia de Dios; porque mientras adoraban tus hermanos aquí en la Iglesia, tú estabas pensando en otra cosa y no entraste en la presencia de Dios. Pero tienes que saber que alabando al Señor, tendrás revelación de Dios.
Dios te da la oportunidad para volverte, para reconciliarte con Él.