domingo, 16 de octubre de 2011

Que Dios pueda hacer una obra en nosotros

16/10/11
Predicador: Edinson Pinedo

Jueces 4:1-24
Cuando aceptamos a Jesucristo, estamos en una condición similar que en este pasaje del libro de Jueces. Imagínese cómo Dios usaba a una mujer en un pueblo machista, en donde la mujer era nada.
Dios usa a Débora para ponerla adelante del pueblo, es decir ella era la gobernadora de Israel. (vv4)
El machismo espiritual impide que la mujer camine hacia adelante. Sino aprendemos a doblegar el corazón, Dios seguirá tratándonos en esa área. (vv1)
Dentro de la cultura mundana, en un tiempo adoptó la cultura machista, y el símbolo era un pescado, para decir que el hombre es el que camina y la mujer subyugada a éste. Se utilizaba como símbolo de la predicación. Ahora ya no representa la predicación, sino el acuerdo que simboliza a la mujer.
Dios está derramando los dones en estos días para que tú seas protagonista, para que hagas la obra, por medio del fluir del Espíritu Santo, para que recibas de Dios. Este es un tiempo en el que Dios ya está derramando Su gloria en aguas agitadas.
Dios no quiere gente metida en sus propias circunstancias. Dios ha puesto esta Iglesia en la que estás como luz, como lumbrera. Pero nadie puede hacer lo que te ha sido dado, porque tú eres especial.
Si Dios te mando hacer algo, pide la visión de cómo emprender una empresa, un negocio, una casa, un trabajo, un proyecto. Descubre para qué eres bueno.
Mientras gobernaba el juez Aod en Israel, todo marchaba bien. Pero cuando terminó su mandato, la mayoría de la gente no sabía que hacer. Como consecuencia se desorganizaron y volvieron a sus propias andanzas. Y en estas circunstancias difíciles, el pueblo clamo. a Dios (vv1-3)
Si clamáramos siempre, entonces las circunstancias serían otras. Porque hay que clamar para que no nos apartemos de Dios y no entremos en una liviandad hasta caer en desgracia. Es tiempo de clamar por la gente que no tiene a Cristo, por nuestros familiares que no recibieron a Jesús. Porque los hijos de tus lágrimas no pueden perderse, porque Dios hará una obra y les dará una oportunidad para arrepentirse.
Tienes que aprender a creer en Dios para poder ver en Cristo a tus parientes. Se fiel para que un día éstos, con todos sus familiares reciban la salvación y tengan esperanza.
Hay gente que piensa que deben conformarse con lo que son y con lo que tienen, sino lo que hay que pensar es que hay que llamar a la puerta, porque Dios quiere bendecirte.
Nunca bajes los brazos, porque la vida depende de Dios, porque Dios vive en ti. ¿O acaso Dios miente? Dios te ama. Entonces no hay que bajar los brazos.
El enemigo sabe que hay una Palabra para ti. Y tú tienes que vencerlo, porque el adversario no quiere que vayas a la Iglesia.
Aprende a clamar al Señor en todo momento, y no solo en dificultades.
¿Sabes qué es tener 900 carros de hierro? La herrería desciende de Caín (Génesis 4:21). Los grandes tanques que ves en las guerras, no es una idea de Dios, sino de Caín. 900 carros de hierro era tener 900 tanques de guerra. Razón por la cual el pueblo de Dios estaba atemorizado. Por ello, Barac no quería hacer frente a esta situación. (vv3) Entonces se levantó una mujer usada por el Espíritu Santo para que Dios le entregara la bendición. Esta mujer gobernaba Israel, y se llamaba Débora.
Dios te ha puesto a ti para ejercer gobierno. Débora era una mujer creyente que buscaba y amaba a Dios. A medida que tú busques y glorifiques a Dios, las cosas serán diferentes, porque Dios estará contigo.
Débora era sensible a la Palabra y a la Voz de Dios. Aprende a declarar tu futuro. Ella dijo: “no seremos vencidos.”
La profecía no solo consiste en ver algo, sino en hablar lo que va a suceder pero a favor. (vv4,6-7)
Declara que las puertas del infierno no prevalecerán sobre la Iglesia, y que la Palabra de Dios impregnará tu barrio, tu ciudad. Declara que todos los que están enfermos, se levantan. Declara que todas las puertas de Los Cielos se abren. Declara que ninguna familia quedará sin vivir la Gloria del Señor. Aprende a declarar palabras de fe.
Dijo Débora: “Yo entregaré a Sísara en tus manos” (el nombre Sísara significa quedarse con lo estafado, porque vivía con lo ajeno. Es decir que Sísara significa quedarse con el vuelto).
Sìsara era un hombre pobre, ambicioso. Pero la ambición la debilita. (vv21)
Nuestras lágrimas no impresionan al Señor, sino tu fe. No es necesaria una revelación para creer en Dios, sino solo basta la fe, creerlo y declararlo.
Dios honrará tu valentía, no tu lloriqueo.
Débora fue una mujer sensible para recibir la dirección de Dios.
Débora fue una mujer de fe, de que Jehová iba con ellos.
Por su valentía infundió certeza de que Dios los respaldaba.
Débora se determinó a hablar y declarar.
Llegó el tiempo de tu bendición, en el que los carros de hierro tendrán que destrozarse.
El capitán del ejército de los cananeos, Sísara tenía carros pero no tenía estrategia.
Dios te ha puesto a ti en un valle para que el enemigo no te haga daño.
Declara la palabra de fe y las cosas se ordenarán.

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