domingo, 24 de julio de 2011

¿Cómo nos podemos comunicar?

24/07/11
Predicador: Edinson Pinedo

Antes de pasar a las notas de la prédica quiero compartir este testimonio con cada uno de ustedes, que sucedió antes de la prédica:
“En medio de la alabanza y estando en la presencia del Señor, el Espíritu Santo me preguntó al oído derecho: ¿Qué ves? Y le dije en mi corazón que veía una pradera verde, de color bien intenso y a un nene y a una nena corriendo y jugando. Mis hijos. Y además le dije, veo sueños cumplidos, veo lo que Tú me dijiste se cumple.”

Santiago 1:19
Una de las cosas de la vida es tener comunión con los familiares. La comunión encierra una acción en común.
El que está comunicado está accionando en común acción. Cuando tú tienes una comunión con Dios, te llevará a accionar conjuntamente con Él.
Dios está interesado en la familia, en nuestros hijos, porque si son salvos, esta se proyectará hasta la cuarta generación. Ello no significa que en la quinta vendrá la maldición, sino que si tu familia fuere salva, tus hijos, tus nietos y tataranietos serán salvos. Si tus hijos llevasen una vida cristiana, los hijos de tus hijos, sus nietos y tataranietos, para ellos también la bendición se extenderá. Por lo que la bendición permanecerá en tu familia siempre.
Las familias se destruyen porque no han llevado los mandamientos de parte de Dios ni han guardado Sus estatutos.
Génesis 2:24
Es decir el hombre deja a su padre y madre. Significa que da paso a una nueva familia para ejercer autoridad en su casa y disfrutar las bendiciones de Dios y sus hijos puedan recibir autoridad. Pero no significa que tienes que abandonar tus padres, sino que siempre hay que honrarlos.
Cuando tú no te determines a orar, a servir a Dios, a ser un cristiano real, siempre va a estar sufriendo y rasguñando las paredes porque no puedes solventar tus gastos diarios porque el dinero no te alcanza.
Pero cuando Dios toma el control de tu vida, siempre vivirás bendecido.
Dios no quiere tibios sino que marcha con personas que Le aman y está con Él cueste lo que cueste.
El domingo es un día de adoración, de resurrección. Por lo tanto glorifica a Dios con todo lo mejor. Llega a tiempo para que puedas disfrutar de la bendición. Ponte lo mejor para presentarte ante el Señor.
Los determinados son aquellos que nunca quieren estar fuera.
Tú eres un hombre, una mujer determinada para que la bendición se extienda hacia adelante.
Cuando la Biblia dice: “se funden”, hace referencia que son una sola persona, tú y tu cónyuge. Por lo tanto la bendición estará sobre aquellos que se han unido en Cristo Jesús.
¿Cuáles son los requisitos en una buena comunicación?
Saber escuchar la Voz de Dios, saber lo que dice la Palabra de Dios, saber escuchar a la otra persona si lo que dice viene de Dios. Si sabes escuchar, no te irá mal cuando tomes decisiones. Aprende a escuchar para tu bien la Voz de Dios. Y si aún te enojas es porque no has muerto al viejo hombre o a la antigua mujer. Lo que hoy tú tienes es por impartición.
Proverbios 18:13
Es necio y vergonzoso responder antes de escuchar. ¿Por qué?
Porque la impartición no es aconsejar por adelantado. Cuando escuches nacerá la fidelidad de tu corazón.
La palabra “escuchar” significa o se traduce por “obedecer”.
Samuel aprendió a escuchar la Voz de Dios para recibir instrucción.
¿Sabes por qué pierdes autoridad? Porque no eres responsable con lo que te ha sido delegado, y todo lo que estorba en el camino se tendrá que ir.
Otro de los requisitos de una buena comunicación es responder amablemente. Conforme te han criado, es tu carácter. Pero Dios es poderoso para cambiar tu depósito en donde está el carácter.
Proverbios 15:1
La repuesta amable calma el enojo; es decir baja los decibeles. En cambio la repuesta agresiva hecha leña al fuego.
Colosenses 4:6
Entonces en una comunicación debe haber una repuesta amable, y esta causará bendición en tu familia y en tus hijos.
No solamente tienes que responder amablemente, sino hablar de corazón.
Lucas 6:45
Lo que abunda en el corazón, es lo que habla la boca.
Dios hizo una obra en tu vida, en tu corazón cuando recibiste a Jesucristo. Y eso se atesora en el centro de tu vida, y eso saldrá de tu boca; es decir la bondad que atesora tu corazón, y que produce el bien.
Lo que hay en tu vida, eso saldrá a luz. Cuando tú entregues áreas de tu vida a Dios, derramará Su Espíritu en ti y pondrá Su palabra.
Tienes que conocer el poder de la lengua para tener una buena comunicación.
Santiago 3:2,10
La persona que sabe gobernar su lengua, es una persona madura. Estamos en un proceso de cambio, y Dios que es grande en misericordia, nos hará personas benditas.
Cuando sepas escuchar la Voz de Dios, responder amablemente, hablar de corazón, y el poder que tiene la lengua, empezarás a pronunciar buenas cosas para tu hermano, y le irá bien, le dirás: “te declaro bendecido, te declaro sano por el poder de Dios”.
¿Has descubierto para qué sos bueno?
Entonces, empieza a declarar tu futuro, porque tú eres parte de un pueblo santo para producir cambios, para avanzar y vivir en victoria, porque Dios delegó en ti una responsabilidad.
Tú eres un profeta para declarar, para hablar la Palabra de Dios a otros.
Tú eres un sacerdote para ministrar delante del Señor a Su familia, la congregación, y a otros con un corazón santo.
Tú eres un rey para gobernarte a ti mismo, primeramente; luego a tu familia, y luego lo que Dios ha puesto en tus manos.
El Reino de Los Cielos se ha acercado, y tú estás en el Reino. Cuando declares que estás sentado en lugares celestiales, por lo tanto vivirás bendecido. Declara tu bendición porque Dios te ha dado poder.
Dios te sacará del anonimato, si descubres para qué eres bueno. Y harás lo que Dios te ha dicho, y te pondrá en Su vidriera.
Empieza a declarar lo que Dios te ha dicho que hará en ti.
Te podrás caer, pero de veras te tendrás que levantar, activando y declarando la bendición, poniendo tu mano sobre el proyecto que tienes; del que te habló Dios. Escribe los proyectos de los que te habló Dios para tu vida. Comienza a orar por ellos, a declarar por lo que hoy no ves pero que vendrá. Preséntalo a Dios.

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