domingo, 19 de junio de 2011

Responsabilidades de la familia cristiana

19/06/11
Predicador: Edinson Pinedo

Josue 1:8
Lo que usted debe disfrutar más de la vida cristiana son las pruebas. Disfrutar es tener la expectativa de cómo Dios obrará.
Una responsabilidad es la capacidad de responder a las necesidades básicas de la familia, con el fin de obtener una armonía y crecer en la relación con Dios. Porque ante una necesidad, en lugar de buscar la presencia de Dios, renegamos. Cuando no hay dinero, es cuando surgen los problemas en la familia. Hay que presentar las necesidades de la familia para buscar la dirección de Dios. Tienes que ser controlado por el Espíritu Santo para que no tomes decisiones malas, sino más bien controladas por la presencia de Dios. De esta manera tendremos una mejor relación con Dios y la sociedad.
De las familias depende un país. Cuanta más familias reciban a Jesús, tendremos una mejor sociedad. Aprende a provocar cambios.
El meditar de día y de noche en la Palabra de Dios, es la misma actividad que realizó Esdras, al preparar su corazón, indagar, meditarla, cumplirla (es decir ponerla en acción) con todo lo que está escrito.
Una persona de éxito es la que ama a Dios, que no ve los momentos difíciles como un problema, sino una oportunidad para crecer y seguir conquistando tus sueños.
Tu carácter se afianza mediante los problemas, con las pruebas.
Dios sabe hacer las cosas porque nosotros queremos ya las cosas, sin crecer y madurar.
Si lloras en los momentos difíciles es porque hay algo que te hace daño, y eso se llama ira; y todavía no ha sido puesto en la cruz.
Hay cinco responsabilidades fundamentales para que tu familia ame a Dios y viva días buenos.
Primero: darle el lugar que corresponde a Dios en tu familia todos los días.
Salmo 127:1-3
La jornada laboral es de 8 horas. Entonces ¿para qué le metes hasta la 1 de la mañana? En 3 años estarás viejo; y esto es pan de fatiga. ¿Por qué te fatigas y no disfrutas la bendición de Dios? La repuesta es fácil. Sencillamente porque Dios no está en el primer lugar, y estás fatigado porque trabajas para la AFIP y los impuestos.
Tú eres un albañil y quieres construir y vivir a tu manera. En vano te esfuerzas, porque es necesario buscar a Dios y Su justicia.
Salmo 100:3
Tú estás bajo el cuidad y la mirada de Dios. ¿Podrás tú esconderte de Su presencia?
Mateo 6:2-37
Cuando des al necesitado, no lo hagas en público para que no te vea la gente, sino en secretamente para que Dios te recompense, dice la Escritura. De igual manera, aparta un tiempo y un lugar para orar, porque Dios está en lo secreto. Cuando ores, no hables oraciones armadas porque el Señor sabe lo que tú necesitas antes de que lo presentes en oración. Y Jesús enseña el modelo, pero no para que sea repetido como loro, sino como instancias o etapas. De igual manera, cuando ayunes no lo hagas evidente para que te veas, más bien solo ante tu Padre. Acumula tesoros celestiales donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Entre tantos tesoros se encuentran: la verdad (juicio o proposición que no se puede negar racionalmente), lo respetable (consideración, deferencia, muestra de respeto, cortesía), la justicia (derecho, razón, equidad), lo puro, es decir sin mezclas; la amabilidad (lo digno de ser amado), lo digno de admiración (lo que causa sorpresa a la vista o algo extraordinario o inesperado o considerado con estima o agrado especiales a alguien o algo que llaman la atención por cualidades juzgadas como extraordinarias), y la excelencia (es decir superior calidad o bondad que hace digno de singular aprecio y estimación algo).
No pongas tu afán en los problemas, más bien busca el Reino de Dios que es justicia, gozo y paz; y como consecuencia de ello Dios se encargará de tus problemas y proveerá lo que tú necesitas. Porque Dios sabe cuáles son tus necesidades.
Reconoce a Dios, reconoce a Jesús como el Hijo de Dios, busca Su presencia y ora por ti mismo, por tu cónyuge, por tus hijos, los nietos, los hermanos de la Iglesia.
Segundo: Mantenerse en unidad.
Efesios 4:1-6
Es normal que las personas nos enojemos, pero no es normal que el enojo permanezca y nos aparte de la Iglesia, de la comunión con Dios por medio de la paz. Lo normal en un hijo de Dios es acercarse a pedir perdón, porque ha experimentado el perdón de Jesús. Y ha sucedido porque la persona nació de nuevo.
Evalúa tu vida. ¿Tanto rencor tienes que el Espíritu Santo no puede gobernar esa área de tu vida?
La acumulación de enojos, produce ira en el corazón. Como consecuencia de la ira, la persona buscará venganza, haciendo lo mismo que le hicieron a ella o a él mismo.
La gente con ira en el corazón no perdona fácilmente, sino que perdona por conveniencia.
Buscá a Dios y nacé de nuevo, porque esto traerá sanidad a tus hijos, nietos y bisnietos.
Filipenses 2:1-4; 1Corintios 7:5; Filipenses 4:8-9
¿Cuando tú podrás responder a las necesidades de tu familia? Cuando le des a Dios el primer lugar, manteniendo la comunión y pidiendo perdón.
La ira seca los huesos.
Tercero: Presentar y consagrar los hijos a Dios.
Lucas 2:22-23 
Lo que encierra la presentación de los hijos ante Dios es algo importante, que indica que serían guardados por sus padres y guiados por Dios. Esto es lo que hay que hacer como hijos de Luz; leyendo juntamente con tus hijos, orando con ellos y presentándolos a Dios.
Cuando esto sucede, usted estará feliz porque la bendición estará.
Dios usará tu familia para que crezcas, porque sin amor no podrás ganar a otras familias para Cristo. Porque Cristo es el vínculo de la paz.
Cuarto: Educar y criar os hijos para Dios.
Tus hijos no son para ti, sino para Dios.
Deuteronomio 6:5-7
Inculca a tus hijos en la Palabra de Dios para que amen a Dios. Ellos aprenderán lo que tú hagas. Si reniegas para venir a la Iglesia, tus hijos también lo harán. Si te acostumbras a vicios, tus hijos también serán viciosos. El hombre ha perdido autoridad por las cosas malas que hace. Nunca pierdas la autoridad ante tus hijos.
Proverbios 22:6
Tus hijos no abandonarán de grande el camino que fueron instruidos por los padres. Y cuando sean viejos, tus hijos no te abandonarán.
Efesios 6:4
Quinto: Conocer quién es el adversario de la familia.
Efesios 6:11-17
¿De dónde viene tu bendición? Del Cielo y las huestes espirituales de maldad de las regiones celestes impedirán que llegue la bendición.
El enemigo utiliza la gente para ponerte mal a ti.
Santiago 4:7; Juan 10:10; Lucas 10:19; Romanos 8:35-39



No hay comentarios: