domingo, 11 de enero de 2009

Consolidando la gran cosecha (Consolidar es amar a la gente, dar firmeza espiritual)

11/01/09
Predicador: Edinson Pinedo

Génesis 28:1-5
En tiempo de cosecha o de avivamiento, entendemos que el Señor se manifiesta. No sólo el Señor, sino también el enemigo, la carne. La unción que es el Espíritu de Dios, también se manifiesta en el avivamiento, elevándonos a lo escondido de Dios.
¿Por qué se manifiesta el enemigo en tiempo de cosecha o de avivamiento? Porque el enemigo quiere que todas las almas se vayan al infierno. En cambio el Señor quiere que todos seamos salvos.
Declara con tu boca: “Este es mi año de bendición y en el mundo del espíritu se manifestará.”
Cuando haces la voluntad de Dios, esta se levanta y tu compromiso hace que Dios te revele las cosas. Y sucederá porque Dios te lo mostrará las cosas ocultas que nunca has visto y que han subido a tu cabeza.
¿Cuál parte del hombre es la carne? Con la carne se identifica al alma del hombre, y es la que no te permite acercarte a Dios. El alma es el que te dice: “Estás cansado, no vayas a la Iglesia. ¿Para que vas a ir?” O te dice: “¡No puedes hacerlo!”
Cuando hay un avivamiento, hay una lucha espiritual porque es un despertar de Dios.
El avivamiento sucede primero en tu vida y luego en la Iglesia porque es contagioso. Cuando todos amamos un mismo objetivo, los muros se caen.
¿Qué es la unción? La unción es el líquido que revela lo escondido de Dios. Es el Espíritu Santo, por medio de la unción, quién te dirá en qué momento orar y por quién orar; eso lo hace la unción.
En tiempo de cosecha es cuando la Iglesia se manifiesta y aparece la gente entendida.
Dios creó al hombre para el gozo, para que te regocijes. Para eso te creó Dios; para que administres bien los recursos que tienes en tus manos y para que seas grande en el futuro.
Dios nos creó para ser entendidos en el tiempo en que vivimos, para ser diligentes, es decir buenos administradores de la gracia de Dios. No es posible que no ores a Dios, que no Le busques de madrugada; que busques Su rostro, que no tengas intimidad, de que no hables con Él. Es tiempo de activar los dones que Dios te ha dado.
Lo que se ha perdido en la tierra es la perla, ese tesoro que es el hombre. Pero Jesús vino a restaurar al hombre, a eso vino, a invertir su sangre por ti.
Cultiva la Gloria de Dios en tu cuadra, en tus amistades, en tu trabajo, en la universidad. Debes estar pendiente de las necesidades de los que necesitan de una palabra de esperanza. No estés pendiente de ti mismo porque tú tienes que ser el Pastor de la cuadra.
Como entendido tienes que soltar lo profético, una palabra profética a tu hermano menor porque vas a ver a tus hijos restaurados. “Toda palabra dicha en futuro es profético.”
La circunstancia no tiene que ser un problema sino una oportunidad para avanzar.
Isaac le da la bendición a Jacob (vv3); toma esa palabra, Dios te bendecirá, te fructificará.
Cuando tú trabajas lo haces para ver resultados. A Dios no le sirve algo que no es productivo espiritual y materialmente. Sino lo que sirve es caminar en la visión de Dios con el propósito de restaurar al mundo a través del evangelio de Jesucristo.
Todos los hombres que sirvieron a Dios murieron llenos de días. Eso es la fructificación.
Dios te hace fructificar y te llevará a ser padre de naciones, es decir de gente predicada de Jesús.
Hay tres elementos que son importantes en el avivamiento:
PASIÓN: por Dios, por las almas y por predicar.
INTIMIDAD: no es lo mismo que relaciones personales o comerciales o con objetos. Intimidad sólo se puede tener con una persona porque le cuentas todo. Cuando te relacionas con Dios verás las bendiciones. Además cuando tienes intimidad Dios te va a dar las estrategias y los secretos para tu vida. El camino comenzará a enderezarse y el cielo se abrirá.
COMPASIÓN: por la gente, es decir tener compasión por el necesitado.
Todo en el Reino de los Cielos funciona por perseverancia. Dios ha prometido que no morirás en el naufragio porque el propósito debe cumplirse en tu vida. Dios no salva las personas de un accidente, por así no más sin un motivo, sino salva las almas para el Cielo. Todo en el Reino de los Cielos es por perseverancia. Hay que honrar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Tienes que honrar el lugar donde te congregas porque Dios allí te ha puesto. Tenemos que cultivar este trabajo.
Nosotros tenemos que ser conmovidos por la presencia de Dios en intimidad. De no ser así no podrás conmover a otros.
La gente conmovida traerá a los Lázaros a la vida. Los Lázaros son personas muertas en su esperanza, y si viven se arrastran en la vida.
Juan 11:32-38 - Juan 12:9-10 
La gente de corazón duro opina, y sólo opina y no hace nada. Tenemos que volver a tener intimidad con Dios.
Cuando tenemos intimidad con Dios tenemos paz, anhelo de predicar, estamos listos para la batalla y glorificamos a Dios en todo tiempo.

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