domingo, 5 de octubre de 2008

Estemos atentos para que no nos pase como a la iglesia La Odisea

05/10/08
Predicadora: Rosalba Richetti

Apocalipsis 3:16-22
La Iglesia de La Odisea es el ejemplo del triste estado de la iglesia del siglo 21.
La Odisea fue una iglesia triste y tibia en una ciudad rica, fundada por judíos y sirios.
Esta iglesia había recibido a Cristo, había aprendido a dar a otras iglesias, pero era indiferente y tibia con Cristo, sin que Su presencia se manifestara, porque cuando eres tibia, el Señor te vomitará. El Señor habla desde la experiencia para que entendieran el mensaje. El agua llegaba a La Odisea por tuberías desde un lugar donde salía agua caliente, y al llegar a la ciudad ya estaba tibia.
El agua fría sacia la sed. El agua caliente es necesaria para servir un mate rico. Pero si tomas agua tibia te produce arcadas y ganas de vomitar.
La iglesia se ha sentado en su comodidad y se siente satisfecha. Pero la Iglesia de Dios es la que no está quieta, es la que restaura la adoración.
La palabra de Apocalipsis es una alerta para la Iglesia de nuestros días.
Jesús le dice a La Odisea que esta del lado de la puerta golpeando para poder ingresar vv20 Significa que mientras sucedía la reunión Jesús no estaba porque no lo hacían participar y estaba esperando que le abriesen la puerta.
Esto sucede en la actualidad porque no dejamos que Jesús sea el centro de nuestras vidas ¿Por qué Jesús tiene que estar esperando? Somos los responsables de que la presencia de Dios se manifieste en nuestras vidas. Y lo primero que tengo que hacer es ser lleno de Su presencia y adorarle.
Cantares 5:2-3
Expresa una realidad de la iglesia en este tiempo. Ayudamos Señor a no decir ya me desvestí o ya me lave los pies para dormir y no para tener intimidad Contigo. El esposo llamo a la puerta y al no ser atendido, se retiro. La amada en ese momento recién se levanto a atender el llamado, preguntando por dónde se fue, corriendo, buscándole.
Aprovechemos el tiempo con el Señor, para que no sea una visita, sino un integrante permanente. Tengo que anhelar por más, pero siempre dando gracias al Señor.
La fuente de bendición es Cristo, y si Cristo vive en mi, entonces debo confesar palabras de bendición.
No dejamos que el Espíritu de Dios invada todas las áreas de nuestras vidas. El secreto de no caer es lograr que lo espiritual que recibo de Jesús sea tangible porque así lo podremos descubrir.
Lo real es la presencia de Jesús en mí.

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