domingo, 27 de febrero de 2011

La obediencia a la palabra de Dios es mejor sacrificio que cualquier ofrenda

27/02/11
Predicador: Rubén López

3 Juan 2; 1 Samuel 15:1-11
Dios le dice al profeta Samuel que le dijiese al rey Saúl que tomara la ciudad de Amalec y que destruyera todo. Dios le ordena a Saúl que obedeciera a Su orden.
Cuando hemos escuchado la voz de Dios por medio de Su palabra, nosostros debemos determinarnos a destruir todo lo malo. La obra es de Dios y nosotros debemos solamente obedecer a Su palabra.
Pero cuando escuchamos la voz de Dios, pero no hacemos caso, andaremos en desobedeciendo y todo lo que no renunciamos serán las cosas malas para nuestras vidas.
Esas son las vacas, ovejas, camellos y asnos del rey Agag que aún no hemos destruído.
vv8-9 El enemigo actúa engañándonos, haciéndonos creer que lo malo delante de Dios son cosas buenas.
¿Cómo es que tú le puedes pedir a tu hijo que no mienta, cuando en realidad le pides que diga que no estás cuando alguien pregunta por ti?
Su palabra dice que lo santo y lo profano (falta de perdón) no deben juntarse, y es por ello que hay que renunciar al orgullo y a la envidia, porque estas cosas Dios no las quiere en tu vida para que prospere tu alma.
1 Corintios 5:1-8
Muchas veces seguimos igual porque hay cosas que no hemos renunciado, como a la vieja levadura para que podamos ser panes sinceros y en verdad.
1 Samuel 15:22
Mejor es obedecer a la Palabra de Dios que hacer sacrificios. A Dios no le intersa lo que hayas ayunado, ni a las vigilias que hayas asistido, sino lo que Le interesa es que obedezcas a Su palabra. Que doloroso es para Dios cuando te ungió y luego le desobedeces.
Juan 14:12-14
Aquí el Señor Jesús nos invita a que creamos y pidamos que nos libre en el nombre de Cristo Jesús. Nos invita a que renunciemos y caminemos en Su palabra, es decir determinándonos en la obediencia a Su palabra.
Lo que contamina no es lo que está afuera de las puertas de la Iglesia, sino lo que hay dentro del corazón del hombre.
Marcos 7:20
Dentro del corazón del hombre está lo malo. Pídele al Señor que por medio del Espíritu Santo nos revele las áreas que no están bien delante de Dios para que puedas ser libre, santo y puro.
La palabra de Dios es clarita, a Él no le agrada tanto el sacrificio, sino la obediencia.
¿Cuántas veces el Señor nos habla por medio de Su palabra para que caminemos en santidad y en obediencia?
1 Samuel 15:33
El rey Saúl no hizo lo que le pidió Dios que hiciera y dejó vivo al rey Agag, rey de la ciudad de Amalec.
Dios nos enseña a dejar todas las cargas en Jesús, y sin embargo nosotros no las entregamos, y creemos que ya hemos sidos perdonados, como Agag.
¿Cuál es el rey Agag que aún están en tu vida que estorba al obrar del Señor, a pesar de que eres un ungido de Dios?
El rey Saúl creyó en lo que veían sus ojos pero no fue justamente lo que agradaba a Dios.
Pero el profeta Samuel como hijo determinado del Señor, tomo la direccion de Dios y mató a Agag. El no determinarse es lo que no agrada a Dios.
Samuel y Saúl escucharon de parte de Dios la misma dirección. Uno eligio dejar lo que Dios le dijo que no tomara. El otro se determinó a dar cumplimiento la dirección recibida.
El Señor te dice en este día, que todo lo que molesta el obrar de Dios, deséchalo.
Podemos escuchar por mucho tiempo la Palabra de Dios pero hay que determinarse a actuar en obediencia.
vv16-17 Pero Jehová no mira como el hombre, sino mira el corazón; y por la desobediencia decidió destituír a Saúl porque no siguió la dirección dada.
Marcos 7:21
Dentro del corazón salen los malos pensamientos que guian las acciones. Con la palabra corazón, Dios está hablando de la esencia del ser humano. Es del corazón de donde salen los malos pensamientos. Dios también nos insta que de nuestra mente hay que desterrarlos.
Samuel escuchó lo mismo que Saùl, pero Samuel obedeció a Dios.
El Señor nos muestra que no hay elección ante nuestras emociones.

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