domingo, 6 de abril de 2008

Todo lo que Dios te da es porque espera frutos y multiplicación en lo que realices

06/04/08
Predicador: Edinson Pinedo

Hechos 1:1-11
Si algo no te produce déjalo. En la vida hay activos y pasivos. Lo pasivo déjalo.
Si tu cristianismo es pasivo, déjalo pues no te da resultados. Ahora ¿quiénes de ustedes han recibido paz de parte de Dios en dificultades?
El que apoya es una persona que está de paso. A Dios no se le puede ayudar porque de Dios es todo. Dios necesita un corazón rendido para alabarlo, para cumplir un ministerio en un lugar en el cual Dios te ha establecido o te haya puesto.
Nadie te puede decir “tu tiempo en la Iglesia ha terminado”. Si es así, Dios tiene que decírtelo y confrontarlo con la palabra. Dios te mostrará la dirección, el camino que debes seguir. Tienes que ser fructifero en el lugar en donde te desarrollas.
El evangelio se ha hecho trivial, ligth. Un día vamos a dar cuentas a Dios de lo que hacemos. ¿Cuál es el fruto de tu espíritu? ¿Lo demuestras con hechos? ¿Hay convicción en nuestro corazón que somos hijos de Dios?
Hay una oración de un misionero que dice “Señor quiero dar algo para ti y a los demás.” ¿Qué tienes en tus manos?
Juan 15:1-8 
Dios se glorifica en tu vida por medio de tus obras, de tus frutos.
Cuando trabajamos tienes que ver los resultados de tu trabajo.
Cuando das un consejo, tienes que ver los resultados de tu consejo.
Cuando oras tienes que ver los resultados de tu oración.
Dios está cansado de la religión. Al cristiano lo vamos a conocer fuera de la Iglesia, en dónde queman las papas. De las pruebas aprendemos. Seríamos hombres y mujeres sin fe si no tuviéramos pruebas. Lo que tú haces debe darte resultados para dar gloria a Dios. ¿Qué tienes adentro para que Dios lo saque a relucir?
Tienes que aprender a vivir en la tierra para vivir en el cielo.
Lo que te va a salvar en la prueba es la palabra. Lo que te va a defender en la prueba es la palabra. Y no te guíes por las circunstancias, por tus emociones. Dios te tiene que hablar por medio de Su palabra. Y cuando te hable no dudes en hacerlo.
No hagas sólo las cosas, pasa por el maestresala, él te dirá si avanzas o no. Tienes que llevar frutos, frutos dignos de arrepentimiento.
Juan 15:16
La salvación es de Dios, no es del pastor. Y Dios es quién te elige. Tu fruto no debe ser fluctuante, sino permanente. Y cuando lo hagas, tus oraciones serán escuchadas y Dios te bendecirá.
¿Cómo conseguir frutos dignos? Por renuncia. Renuncia. Cuanto más renuncies al yo personal, la gloria de Dios se manifiesta en tu vida.
Cuando renuncias no va a tener problemas de reconocer tus errores, y nos a tener problemas para pedir perdón.
Dios quiere ver resultados en nuestras vidas. Cuando el Espíritu Santo llenó la vida de los apóstoles, comenzaron a multiplicarse y a fructificarse.
Marcos 1:15 
Vivir en tiempo cumplido es tomar mi posición y mi bendición.
Efesios 1:3
Estamos envueltos de bendiciones, pero ¿Por qué no vivo esto? Porque no tenemos resultados, no tenemos un corazón humillado. Háblale al incrédulo de tu testimonio, abre tu boca y el Espíritu Santo te pondrá palabra.
Un seguidor de Cristo hace y enseña a sus discípulos. Adórale a Dios con tu trabajo, con tu negocio, da gracias porque tus hijos pueden ir al colegio.
Nosotros somos responsables de predicar a la gente. Al final del día mira tus resultados, vas a avanzar. La sociedad va a cambiar porque vas a llevar frutos dignos, corazones humillados. Necesitamos tener la dirección de Dios.

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