domingo, 26 de agosto de 2007

El Jordán en nuestras vidas

26/08/07
Predicador: Fernando Olivera (Colombia)

Josué 1:1-3
Este pasaje es una inspiración para cruzar el Jordán, un punto límite y de referencia.
Siempre en nuestra vida hay un Jordán por cruzar. El peor estado de un creyente es conformarse.
El Pastor Olivera señala el momento de la vida de Josué, de su madurez para avanzar. Avanzar no es un deseo, sino un proceso.
La muerte de Moisés muestra la referencia al pasado. Si queremos avanzar hay que comprender que los hechos del pasado, ya pasaron. Tienes que estar resuelto en el Señor para poder avanzar.
Dios tiene la solución a los problemas para avanzar, comprendiendo y aprendiendo de las pruebas. El desierto es el trato de Dios para finalmente bendecirnos.
Una cosa es atravesar el desierto y otra es quedarse en el desierto, conformarse con un poquito. El desierto no es lugar para quedarse.

Números 13:31
Dios siempre ha querido darte lo mejor y el problema somos nosotros, nuestra forma de pensar para madurar, para salir aprobado.
En las cosas de Dios hay que esforzarse y ser valiente. Lo que te hace indigno, si tú mente dice “no lo merezco,” “no es el Espíritu guerrero de Dios.” Para cambiar la actitud será necesario limpiar el corazón, superar las pruebas del desierto, para superar los obstáculos.
Abrir el corazón para que el Señor cure las heridas. Tengo que aprender de las pruebas en el desierto.
Nunca des pasos si no has escuchado la voz de Dios.
No dudes, al tener que tomar decisiones, si has escuchado la voz de Dios. Nunca des pasos en deseos.
Los que toman decisiones son los que ven el obrar de Dios en sus vidas.
Dios obra en tú vida cuando te decides a creer en la prosperidad de Dios, decisiones guiadas por el Señor.
Nuestro corazón debe estar deseoso por la guía del Señor.
¿Estás avanzando en el desierto? ¿Te quedaste en el desierto acomodadito?
Para tener una familia hay que trabajar porque por el sólo hecho de tener una esposa e hijos se puede tener y ello no significa una familia.
Dios quiere darnos la tierra prometida: casa, levantar un ministerio, bendiciones.
Cuando hacemos conscientes de nuestras fortalezas mentales: “no es para vos”, “no soy digno”, hay que derribarlas para llenar la mente con nuevos pensamientos.
Tenemos que estar siempre con los que marchan, porque Dios quiere que sea así; quiere que te relaciones con los mejores.
Dios suelta los recursos, independientemente de los gobiernos, de las circunstancias. Cuando te decidís en el Señor, ves la mano de Dios.
Dios te mete en pruebas para bendecirte, te mete en Jordanes que te parecen imposibles de cruzar.

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