domingo, 22 de enero de 2012

El buen pastor

22/01/12
Predicador: Edinson Pinedo

Juan 10:1-18
Este pasaje habla del buen pastor. Pero para comprender esto hay que entender quién no es un buen pastor.
La Biblia dice que en la Iglesia hay personas con ministerio, que no son pastores. Es decir que no aceptan a Jesús. En este pasaje de Juan hay varias expresiones de quién no es un pastor.
vv1-7 No es un pastor aquel que no entra por la puerta del redil, sino que entra por cualquier lado para hacer de las suyas en el redil. En el mundo de hoy hay muchas personas que predican para ganar economía o porque no encuentran trabajo. Pero cuando les toca el momento de la prueba, huyen. Sin embargo cuando tienes el llamado de Dios, arderá en tu corazón la tarea por ocuparte por saber del hermano o hermana que no ves.
Ejercer liderazgo no es estar frente a un púlpito, sino conducir personas en el camino del Señor Jesús. Este tipo de personas es un pastor o pastora, a pesar de que no tenga un título, porque guían personas en el camino del Señor, ocupándose de las vidas que están a cargo de el o ella. Y estas vidas tienen que estar alimentadas por la Palabra de Dios para que puedan ministrar en el grupo. Entonces tenemos que cumplir con nuestra responsabilidad, siendo maduros en el espíritu. Y esto último se alcanza cuando la Palabra produce cambios en nuestro ser, porque el pastor conduce el rebaño a los pastos verdes. Es decir el pastor o la pastora consuela las ovejas para que sus corazones estén redargüidos por la Palabra.
Cuando no estás para ocupar un lugar, un cargo, sino más bien te ocupas en cuidar las vidas invirtiendo en el Reino de Los Cielos, entonces la Gloria de Dios estará sobre ti. El o la líder trata de cuidar su testimonio en todo momento y lugar. En cambio el salteador es un pastor solo en su casa y con sus hijos. Si hablamos palabras malas, entonces nuestos hijos también hablarán palabras malas. Pero si cantamos alabanzas al Señor y nuestros hijos nos ven leer la Palabra de Dios, como consecuencia nuestros hijos también lo harán. De igual manera hacemos negocios torcidos, nuestros hijos también harán negocios torcidos; porque lo que el hombre siembra, eso también cosechará.
¿Cómo no aprenderás de alguien que haya recibido una bendición grande?
Tienes que aprender a retener lo bueno y desechar lo malo. Cuando hagas lo correcto, la bendición comenzará a fluir.
La persona que no entra por la puerta, sino el que entra por otro lado, esa persona es un salteador, un bandido. Y las ovejas no lo siguen porque es un desconocido. Pero ¿cómo ser un desconocido en la misma Iglesia? Eres un desconocido cuando no conoces la situación de cada oveja, su necesidad, si está enfermo, si ha comido en el día de hoy. Entonces para la oveja tu eres un desconocido o una desconocida y no reconocerán tu voz. Distinto es aquella persona que siendo creyente de años, que conoce la Palabra de Dios pero no cambia.
vv12 El que trabaja por dinero, siendo pastor, no camina por fe. Si caminas mirando los números, no mirarás a Dios Quién te puede suplir, por lo que tendrás temor.
Jesús dice que él es la puerta, y todo aquel que entra recibe la salvación, y la bendición de Dios estará sobre Sus hijos que creen y quieren conquistar sus sueños. Si Le crees a Dios, Él soltará los recursos porque la bendición está para Sus hijos. Si crees, verás el obrar de Dios. No trabajes mirando los números.
Supongamos que tú y yo estamos trabajando en un reino. El trabajo te lo ha dado Dios porque de Él es todo. Es decir que si estás en un reino, entonces trabajas para un rey y ni miras el reloj para controlar el tiempo, sino que trabajas con empeño para finalizar la obra, para finalizar lo que comenzaste. No dejes para mañana lo que puedes trabajar hoy. Si trabajas rápido, Dios te bendecirá. Trabaja por fe, no por dinero, porque el que paga es Dios, y paga bien.
No mires la hora cuando trabajes, sino el progreso de la empresa en que estás, realizando bein la tarea encomendada.
Para el creyente no existe secular, porque todo Le pertenece a Dios para que tú disfrutes de la bendición.
Asi que usted no debe pastorear por dinero, porque Dios nunca lo pondrá o la pondrá como pastor o pastora de multitudes de rediles de ovejas.
vv12 Al pastor asalariado no le interesa si las ovejas sufren. El verdadero pastor o pastora da su vida por las ovejas.
El portero es quien abre la puerta al pastor. Es decir que hay un encargado en abrir la puerta (vv3). Las ovejas reconocen la voz del pastor y éste las llama por sus nombres.
Dios te conoce por tu nombre y determina lo que hará en tu vida. Los creyentes en Dios son comparados con las ovejas. Pero también las personas que no conocen a Dios dependen del Señor, de su Creador porque son criaturas Suyas.
Hechos 14:17
Estas ovejas, que no conocen de Dios, son la otra parte del redil que perdió su identidad, la protección de Dios.
Jesús cuando vio la muchedumbre, vio mucha gente dispersa que necesitaban de Dios, de que alguien les predique del Cristo que salva, que ha dado su vida para sus ovejas, mientras el Espíritu Santo esté sobre la tierra.
La gente del mundo es el redil remanente.
Salmo 78:52 
También Dios llama ovejas al pueblo de Dios.
Salmo 79:13
Esta bendición que menciona el Salmo 79 es para nosotros porque somos ovejas de Sus prados. Dios nos manda a pastorear ovejas para llevarlas a pastos frescos para que coman: la buena Palabra puesta en el corazón del pastor o de la pastora. No te llamo para pastorear perros ni cerdos.
El nombre es la identidad que tienes. Somos hijos del Reino y Jesucristo es el gran y buen Pastor.
1 Pedro 2:25; 1 Pedro 5:4; Juan 10:7
Tú no puedes tener la bendición del Reino sino entraste por la puerta. Pero si entras por la puerta que es Jesucristo, todo lo que Dios ha puesto en Su Reino es para ti. Estas sentado en los lugares Celestiales conjuntamente con Cristo Jesús. Es decir que toda decisión descansas porque aprendes a descansar en Dios. Ya no te apresuras en tomar decisiones, sino que eres prudente. Y cuando tomas decisiones cruciales en tu vida, te moverás en entera libertad. Y hacé lo que Dios te mandó hacer, si el asunto está en el propósito de Dios. Una de las cosas más lindas en la vida cristiana es saber cuál es la voluntad del Señor. Para ello ora para estar en perfecta voluntad. Porque cuando Dios te envía a un lugar, te sustentará porque Dios no es deudor de nadie. No tendrás que tomar créditos ni pedir prestado, porque Dios mismo soltará los recursos. Cuando vengan los momentos difíciles no te pondrás loco o loca, no te afanarás, ni te desesperarás, sino que encontrarás descanso plácidamente en Dios. El que es salvo encontrará paz y tranquilidad en un mundo desesperado, y además Dios soltará los recursos.
Las pruebas son momentos, no son para siempre. Pero cuando lleguen estas, la paz estará sobre Sus hijos.
Efesios 3:20
Significa que la bendición está con nosotros, porque Jesucristo vino para que tengas vida y en abundancia.
En la oración no tienes que pedir sino más bien reclamar, porque tú ya lo tienes todo al estar sentado en lugares celestiales juntamente con Cristo. Entonces oramos mal porque pedimos en lugar de reclamar, declarar, tomando porque esta es una bendición total.
“Declaro Señor que mi cuerpo se sana. Declaro que este mal tiempo se pasa ahora en el nombre de Jesús. Yo declaro que mis hijos serán hombres y mujeres de bien. Declaro que este año será un año glorioso, un año de Cielos abiertos.”
Si hay cosas por dejar y renunciar, entonces renuncia por amor a Dios.

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