15/05/11
Predicador: Edinson Pinedo
Colosenses 3:1-11
Como hijos de Dios tenemos que ser personas de influencia. Usted puede ser un jefe, jefa, o un administrador, pero si no es de influencia siempre estará en lo mismo, es decir no avanzará en la vida, ni disfrutará los frutos del trabajo.
La gente de influencia es la que ha aprendido de Cristo y de sus discìpulos.
Estamos entrando en un tiempo en que la Iglesia abre sus puertas para evangelizar, haciendo llegar la Palabra de Dios en donde hace falta, porque hay mucha gente que necesita del mensaje de Jesús.
La gente influyente es la que disfruta del día y de sus amigos.
En la Biblia podemos ver a muchas personas influyentes, como por ejemplo Zaqueo. Este hombre cobraba impuestos al pueblo porque había ganado la “privatización” del cobro de impuestos. Pero cuando recibe a Jesús en su corazón, como Señor y salvador personal, mucha gente comenzó a creer en Dios porque era una persona influyente. Mateo también es una persona influyente en la Biblia, a pesar de que trabajó junto a Zaqueo en el cobro de impuestos.
El endemoniado de la tierra de gadareno cuando se convierte al Señor, quiso seguir a Jesús. Pero él influyó al obedecer a Jesús al ir a predicar en diez ciudades, en decápolis. (Lucas 8:26-39; Marcos 5:1-20)
Nuestra bendición vendrá cuando ganes personas para Cristo. Ser influyente trae su bendición y sus beneficios.
La bendición no es solamente obtener un beneficio, sino que las personas sean rescatadas del pozo cenagoso para que sean utilizadas por Dios como Sus instrumentos de justicia.
Tú tienes que ser una persona de influencia en otros, por medio del cambio que hace Dios en ti.
Pablo predica a los colosenses para hacerles reaccionar que han rescucitado juntamente con Cristo para multiplicarse, para que no vean los problemas como antes de conocer al Señor, sino que por medio del amor ganen las personas para Cristo.
En nuestras mentes todo entra por los ojos, porque la naturaleza esta puesta en nuestra carne. Pero la esencia de Dios mismo está en el amor, por lo que tu naturaleza terrenal es cambiada por una nueva naturaleza espiritual. Y este cambio es moldeado por Dios mismo.
Predicar es un privilegio porque los ángeles quisieron hacer este trabajo, pero Dios quiso que fuese el hombre. Sin embargo el enemigo ha sembrado la vergüenza en el hombre para que no pueda predicar con libertad. A esta situación se refiere Pablo al decir que no se avergüenza del evangelio de Dios (Romanos 1:16). y esto es así a tal punto que nadie sabe en tu trabajo que tú has nacido de nuevo.
Dios te creó para la alabanza de Su nombre, para glorificarle, para adorarle, para que tú vivas una vida íntegra ante Dios. Pero como el mundo ha captado la atención del hombre, entonces ha enraizado su corazón para relegar a Dios. Y es así que hoy tú tienes a Dios a la misma altura que un bombero. Ante un incendio acudes a Dios para que lo apague. Y cuando el incendio es extinguido, te olvidas de Dios. No solamente tienes a Dios como bombero, sino también como papá Noel (o papá Natal o santa Claus) para pedir, pedir y solamente pedir como si Dios fuese un delívery de peticiones. Pero no es así porque Dios es el Señor y hay que adorarlo por lo que ha hecho y hará en ti. Pero para que suceda, Dios tiene que ser tu prioridad porque es Señor.
Y no ha sucedido hasta ahora porque no hemos captado que todos nosotros somos Su creación.
La vida del ser humano es espiritual porque Dios sopló vida en el hombre y tu vida se alimenta por medio del espíritu, no por medio de la carne. Por lo tanto es necesario amar a Dios de todo corazón.
¿Tú crees que es una expresión religiosa: “buscad las cosas de arriba donde está Cristo a la derecha de Dios”?
Aprende a buscar la presencia de Dios. Concentra tu atención en las cosas de arriba. Empleando otras palabras, para que tú puedas entender esta expresión, es la siguiente: “cállate por un momento y presta atención”.
A veces Dios habla y aún no hemos aprendido a esperar en oración a escuchar Su voz.
Este pasaje de Colosenses afirma que tú has muerto. Tu vida pasada murió cuando abriste las puertas de tu corazón, es decir con el centro de tu ser, con todas tus facultades para recibir a Jesús en tu vida. Pasas a ser una nueva creación espiritual, por lo que te tienes que despojar de tu vieja manera de vivir. (Y es así porque no pueden convivir dos naturalezas que no son compatibles, porque un vaso lleno con aceite no le puedes agregar agua debido a que no hay lugar y porque además no son compatibles.)
Tu vida está escondida en Cristo y eres tú quién abres las puertas, permitiendo el ingreso del enemigo a tu vida o también es Dios Quien permite que sucedan pruebas como ocurrió en la vida de Job para que tú veas cómo está tu corazón.
De igual manera cuando tú recibiste a Jesús, abriste las puertas de tu corazón, y de igual manera tú decides amar o rechazar a Dios o vivir un evangelio religiosamente.
Una puerta abierta al adversario puede ser un pecado oculto o el enojo al afirmar: “¡¿Por qué a mi Señor me suceden esto?!”
Y así cargamos en nuestros hombros dolores que nos enevejecen y destruyen la comunicación con Dios, porque la vida en Dios no es evangélica, ni religiosa, sino una vida en intimidad con Dios, buscandolo con el centro de tus facultades porque Él es grande; así dice Su palabra: “buscá las cosas de arriba para que seas enriquecido y para que tu vida tome sentido en Dios, porque la Gloria de Dios está contigo.”
Un día no muy lejano estaremos con Jesús en gloria. Tu destino final no es el sepulcro, sino estar con Dios disfrutando en gloria. Pero antes debes cumplir el propósito que Dios ha trazado para tu vida.
Al recibir al Señor en tu vida, ya has muerto a la vieja manera de vivir, y en un día tú te manifestarás en Jesús. Pero solo aquellos que aman de corazón e influencian en otros con sus testimonios.
Hoy el Evangelio se ha extendido por todo el mundo, pero te dirán: “tú estás loco porque yo soy mormón o católico o evangélico”. Pero Dios viene a buscar a Su pueblo que Le cree. Y hoy es así porque para el mundo tú estás loco, y el hombre no puede ver más allá de la venda que está puesta en sus ojos. Y tal es así que tú no puede amar a otras personas más allá de tu familia sanguínea.
Ahora ¿cuál es lo propio a la naturaleza terrenal que menciona Colosenses?
La inmoralidad sexual afecta a la naturaleza terrenal. Hoy una mujer toma como esposo a dos hombres y viceversa; un matrimonio se divorcia porque hubo falta de complaciencia sexual. Hoy es normal que se divorcie un matrimonio o que un hombre y una mujer no se quieran casar porque están pensando de que no les irá bien. Sin embargo no saben que si se casan hay bendiciones que Dios tiene preparados para Sus hijos.
Todo lo ilegal tiene sus consecuencias. Todo lo ilegal se paga en la tierra (1 Corintios 7)
La impureza, bajas pasiones, la pornografía también afectan a la naturaleza terrenal. Hoy la pornografía está al alcance de todos por medio de la T.V. y a cualquier hora.
Los malos deseos afectan a la naturaleza terrenal. Un ejemplo de ello es cuando afirmas: “¡Ojalá que te vaya mal!”
La avaricia, que es idolatría, afecta a la naturaleza terrenal cuando no ofrendas, ni diezmas para que el Reino de Dios avance. Y sucede porque la avaricia ocupa el primer lugar antes que Dios. La avaricia se manifiesta cuando afirmas: “Para que voy a diezmar si no me va alcanzar para los gastos del mes”. O dices: “voy a esperar a tener un gran sueldo para recien poder diezmar”. Cuando recibes $1, diez centavos le pertenecen a Dios.
Responde en tu corazón: ¿Qué idolatrías tienes en tu vida? La idolatría no solo tiene que ver con la economía. Sucede también cuando te comprometes con el Señor a venir a oración o al estudio Bíblico pero primero ves el partido de fútbol de tu equipo o del Barcelona y luego llegas tarde o directamente no cumples con tu compromiso. También es idolatría cuando no llegas a tiempo a la reunión del día domingo; ese día en que apartas para alabar y escuchar la Palabra de Dios. Si quieres llegar temprano, decídete a salir temprano y llegar media hora antes para orar.
¿Qué es lo que estorba en tu vida para que la bendición de Dios fluya?
Cuando Dios es tu prioridad, Dios mismo se encargará de ti y de tus asuntos.
Por estas cosas propias de la naturaleza terrenal viene el castigo de Dios. Es por ello que no te va bien.
De igual manera afecta a la naturaleza terrenal el enojo y la ira. La Biblia hace una distinción de ambas al poner una coma, porque ira significa acumulación de enojos que no perdonas, y con el tiempo no crees en nadie, y cuando recuerdas te hace daño.
La ira sucede cuando te trataron mal, te violentaron, te acosaron, te dañaron. La ira se renuncia, y la mano de Dios está para bendecirte. La ira produce que el hombre o la mujer piensen en suicidarse.
La calumnia y la mentira afectan a la naturaleza terrenal. La calumnia es una afirmación que no es verdad porque es inventada. Nunca calumnies a una persona, pues antes elógiale. La mentira sucede por ejemplo cuando afirmas: “¿Estarán hablando mal de mi?”
El lenguaje obseno también afecta a la naturaleza terrenal. Dios cambia tu lenguaje, porque Jesucristo cambia tu mente, tu forma de vivir.
Cuando recibes a Jesús en tu vida, Dios cambia el ropaje viejo con todos sus vicios.
Como hijo de Dios revístete de amabilidad, paciencia y perdón.
¿Cómo vas a servir a Dios si todavía hay dolor en tu corazón?
Vístete de amor para ganar amigos.
Vocabulario
Cenagoso: (Del lat. coenicōsus, de coenum, cieno). adj. Lleno de cieno.
Cieno: (Del lat. Caenum). Lodo blando que forma depósito en ríos, y sobre todo en lagunas o en sitios bajos y húmedos.
